27 de diciembre de 2022

Mis mejores lecturas de 2022

Ha sido un año lleno de lecturas maravillosas, de descubrir, de volver a leer libros que me encantan. No he abandonado ninguno, pero ha habido alguna decepción. Me ha costado decidirme por «los mejores», la verdad. Ya sabéis que me encanta Lionel Shriver, así que no podía faltar su libro de relatos. Un descubrimiento ha sido Elena Ferrante con la nouvelle que dejo. Y en poesía, una Poeta con mayúscula, compañera de blog: Alejandra Guzzini.
Si os apetece, compartidme los títulos de vuestras mejores lecturas.
Nos vemos a la vuelta de año.



Lionel Shriver aplica su sagaz, irónica y feroz mirada al formato breve. Su primera e imprescindible colección de cuentos. 

Un regalo de boda muy personal se convierte en una fuente de disputas; un árbol enfrenta a dos vecinos, que se verán arrastrados por una hostilidad creciente; un treintañero se resiste a abandonar el hogar familiar; un cartero espía las cartas que reparte; una cooperante en Kenia vive una aventura inesperada; un padre y un hijo se ven envueltos en una situación complicada en un aeropuerto; una pareja se enreda en una trifulca por la compra de una casa; un fugado de la justicia se harta del paraíso en el que se ha escondido; dos mujeres extranjeras se cruzan en Belfast en pleno conflicto...

Los variopintos personajes que pueblan los cuentos de Lionel Shriver viven situaciones tensas provocadas por la fijación por la propiedad. Por el empeño de poseer bienes inmobiliarios, objetos o personas. Como es habitual en la autora, las situaciones cotidianas pueden desbordarse en cualquier momento, y las personas en apariencia más cabales son perfectamente capaces de perder los papeles hasta límites insospechados.

Un abanico de parejas, padres e hijos, vecinos y familias se ven sometidos a una montaña rusa de engaños, obsesiones, miedos, deseos y desencuentros. Con su sagacidad –y afilado estilete– de costumbre, Shriver escruta y radiografía la sociedad contemporánea en estos cuentos que pueden ser al mismo tiempo desoladores y descacharrantes, hirientes y poéticos, virulentos y profundos. En la brevedad del relato la autora no pierde ni un ápice de su mordiente: la condensa en un elixir irresistible.

(Sinopsis de Anagrama)



Los poemas que componen este libro son el reflejo de fugaces inspiraciones, palabras recogidas al vuelo que se arraigan en mí y que devuelvo con amor a través de la escritura.

Convivo con una musa errática e indisciplinada. Hace años que nos conocemos. Suele ir y venir a su antojo. Hay épocas en las que se instala a mi lado y ambas vibramos en la misma sintonía y es entonces cuando ocurre. Los versos surgen como milagros.
Pero hay otras, en que ella, muy suya, desaparece, se escurre y me deja asomada al vacío cada vez que creo atrapar el verso o la palabra perfecta.
Camina de puntillas y me susurra en sueños poemas que desaparecen cuando abro los ojos.
Por eso cuando busqué un título para este libro y hacía interminables listas de posibilidades pensé: “Mi musa me ha abandonado otra vez”.
Y entonces surgió. Mi errática, distraída y adorada compañera, ¡mi inspiradora musa no es perfecta!
Nuestro particular Olimpo es defectuoso y febril. Por eso ella merece estar en primera línea. En el título de este libro: LA MUSA IMPERFECTA.

 (Sinopsis de Alejandra Guzzini. Su blog: El rincón de la luna)

 


A menudo, un gran viaje hacia nuestra parte más oscura empieza con un gesto sin sentido.

 

Leda es una profesora de literatura inglesa, divorciada hace mucho tiempo, dedicada a sus hijas y al trabajo. Cuando ellas se trasladan a vivir con el padre, en vez de vivir la nostalgia y la soledad que esperaba, Leda de repente se siente liberada y decide tomarse unas vacaciones en un pequeño pueblo de la costa. Pero los días de calma aparente se acaban cuando vemos a esta mujer de mediana edad y mucho criterio huyendo de la playa con una muñeca en brazos.

Página a página, un agradable descanso a la orilla del mar se convierte en el retrato de una mujer terca y sola, asaltada por unas preguntas que la llevan a arriesgarlo todo. En La hija oscura, la novela más querida por Elena Ferrante, la locura anda de la mano de la lucidez absoluta: nada sobra cuando un gesto sin sentido nos acerca a la gran literatura.


(Sinopsis de Debolsillo)

 


11 de diciembre de 2022

Lluvia

Llovió toda la mañana
y yo oía su canto.
Llovió toda la tarde
y estuve en la ventana
abstraída en la cortina de agua.
Llegó la noche
y llovía.
 
Y llovía…
 
En la soledad
y el silencio de mi casa
la lluvia gritaba tu nombre.
 
Me hice lluvia
sobre tu imagen.
Tu nombre diluido
entre mi cuerpo y la lluvia
se volvió evanescencia.
 
Quedó la música de la lluvia
llenando cada rincón de la noche;
meciendo su silencio dormido.
 
-Verónica Calvo-  

              
-Imagen Katia Chausheva-

29 de noviembre de 2022

Baudelaire: Un hemisferio en una cabellera

-Imagen tomada de la red-

 

Déjame respirar mucho tiempo, mucho tiempo, el olor de tus cabellos; sumergir en ellos el rostro, como hombre sediento en agua de manantial, y agitarlos con mi mano, como pañuelo odorífero, para sacudir al aire.

¡Si pudieras saber todo lo que veo! ¡Todo lo que siento! ¡Todo lo que oigo en tus cabellos! Mi alma viaja en el perfume como el alma de los demás hombres en la música.

Tus cabellos contienen todo un ensueño, lleno de velámenes y mástiles; contienen vastos mares, cuyos monzones me llevan a climas de encanto, en que el espacio es más azul y más profundo, en que la atmósfera está perfumada por los frutos, por las hojas y por la piel humana.

En el océano de tu cabellera entreveo un puerto en que pululan cantares melancólicos, hombres vigorosos de toda nación y navíos de toda forma, que recortan sus arquitecturas finas y complicadas en un cielo inmenso en que se repantiga el eterno calor.

En las caricias de tu cabellera vuelvo a encontrar las languideces de las largas horas pasadas en el diván, en la cámara de un hermoso navío, mecidas por el balanceo imperceptible del puerto, entre macetas y jarros refrescantes.

En el ardiente hogar de tu cabellera respiro el olor del tabaco mezclado con opio y azúcar; en la noche de tu cabellera veo resplandecer lo infinito del azul tropical; en las orillas vellosas de tu cabellera me emborracho con los olores combinados del algodón, del almizcle y del aceite de coco.

Déjame morder mucho tiempo tus trenzas, pesadas y negras. Cuando mordisqueo tus cabellos elásticos y rebeldes me parece que como recuerdos.

-Charles Baudelaire-

(De Poemas en prosa, o El spleen de París)

20 de noviembre de 2022

Respirar

-Imagen Christian Schloe-

 

La lluvia desea la tierra,
como la tierra ansía la lluvia.
Y yo respiro
la pausa del aire
que media entre la tierra y la lluvia.
Pronto vendrá el crepúsculo
a vestir de noche este día.
Y en breve la noche
se diluirá gozosa en el día.
 
No hay nada eterno en esta vida,
excepto la inmensidad
de esta respiración
que todo lo contempla.
 
Hasta extinguirse.
 
-Verónica Calvo-

31 de octubre de 2022

Vapor de octubre



Las almas acudirán en la noche
al llamado del corazón que añora.
Silentes como brisa esperan la hora,
del reencuentro ansiado a medianoche.
 
Cielo vespertino de fin de octubre
nos trae en los sueños a las ausencias;
sus añorados rostros son presencias
que la mágica fecha nos descubre.
 
Hay aroma de dalias en el aire.
Luz de plata la luna nos regala,
y engalana el corazón con donaire.
 
Sutil velo descorrido, antesala
del encuentro que llega con el aire:
vapor blanco, la ansiada hora, señala.


-Verónica Calvo-

 

21 de octubre de 2022

Contemplación

                                                         -Imagen tomada de la red-


El suave caminar de los días.
El murmullo de la tarde.
La eternidad efímera del momento
único, potente. Mío.
 
La resonancia del silencio.
La reverberación de una estrella.
La calma que aporta una melodía
que te acompaña. Y abraza.
 
Mirar más allá de lo aparente.
Escuchar las palabras que trae el viento.
 
Y después…
 
Es caminar de puntillas por la estela de los días.
Es alzar el vuelo y sobrevolar las brumas cotidianas.
 
De la contemplación, la sensación.
 
Y aprovechar el viento a favor.
 
-Verónica Calvo-


9 de octubre de 2022

Alfonsina Storni: Voy a dormir

                                                 -Imagen tomada de naiz-


Dientes de flores, cofia de rocío,
manos de hierba, tú, nodriza fina,
tenme prestas las sábanas terrosas
y el edredón de musgos escardados.
 
Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame.
Ponme una lámpara a la cabecera;
una constelación, la que te guste;
todas son buenas; bájala un poquito.
 
Déjame sola: oyes romper los brotes…
te acuna un pie celeste desde arriba
y un pájaro te traza unos compases
 
para que olvides… Gracias. Ah, un encargo:
si él llama nuevamente por teléfono
le dices que no insista, que he salido.
 
-Alfonsina Storni-


(Fue publicado en Las grandes Mujeres, recopilación de poemas de la poeta)


29 de septiembre de 2022

Saludos y despedidas

-Imagen Leonor Fini-

 
Saludas al día,
a la vecina que no te aguanta,
al perro que olfatea la esquina,
 
Saludas al vigilante del metro,
a la señora que te mira,
a la novela que lees.
 
Sigues saludando
a los extraños conocidos
que trabajan contigo,
al camarero que te decora el café,
a la vida en general.
 

Luego los saludos
se convierten
en despedidas.
 
Hasta mañana, dices,
y te vas despidiendo de los rostros,
compañeros de la rutina de la vida.
Te despides de los conocidos tan extraños,
del metro, del conserje,
de la vecina que te esquiva,
del gato Poe del jardín si lo ves,
de la poca luz del día.
 
Antes de apagar la luz,
te despides de ti
y del techo que miras.
 
Saludas y te despides
sin saber
(bien)
por qué lo haces.
 
-Verónica Calvo-


18 de septiembre de 2022

Una hoja

     -Imagen tomada de la red-


En la alborada
de aquel otoño,
las farolas pintaban
de amarillo los charcos.
 
En la calle el silencio
se rompía, y la luna
velada por las nubes,
se despedía.
 
Me paré.

Respiré hondo.
 
El perfume dejado por la lluvia
y el olor del otoño en la ciudad,
lo abarcaron todo.
 
Llegué a tu portal.
Me embocé con el cuello del abrigo.
Me detuve frente al árbol.
Acaricié nuestras iniciales
cicatrizadas en la corteza.
 
Una hoja se desprendió.
Bailó ingrávida
y aterrizó en un charco a mis pies.
 
La cogí. Y la besé.
 
Supe que ella me entendía.
 
-Verónica Calvo-

11 de septiembre de 2022

Cerrar los ojos

                                                                            -Imagen Donata Wenders-

 

 
Cerrar los ojos.
Hay una melodía críptica en el aire.
 
Cerrar los ojos.
Sentir el calor de tus manos acercarse.
 
Cerrar los ojos.
Nuestro movimiento oculto en lo oscuro.
 
Cerrar los ojos.
Saber que nunca será jamás.
 
Cerrar los ojos…
Y dejar,
        que pese a todo,
los sueños,
               sean.
 
 
-Verónica Calvo-

21 de agosto de 2022

Asombro


En el atardecer,
el fuego y el oro,
deslumbraron mi asombro.
 
Era la vida.
 
-Verónica Calvo-


11 de agosto de 2022

En el silencio




En el silencio
que nace entre el espacio
de tu cuerpo al mío,
hay un brote nacido
en la rama del Árbol
de la Primavera.
 
Hay fragilidad. Y belleza.
Símbolo de esperanza
y a la vez, de finitud.
Materia leve
y también, tan densa.
 
Entre el silencio,
el arte
de entregar tanto…
En tan poco.
 
Y somos el brote que nace.
 
Y somos el silencio que perece.


-Verónica Calvo-

4 de agosto de 2022

Improvisación

                                            -Imagen Marcela Bolívar-


Desde el silencio
de esta noche sin luna,
me muevo en el recuerdo
como las sombras.

Desde la soledad,
distingo el claro
y el oscuro,
y los hago míos.


Si desde el silencio
y la soledad
de esta noche sin luna,
los recuerdos y las sombras
me llevan al claro,
y al oscuro,
haré mío
el silencio
y la soledad
que perviven en el claro de tu nombre,
y en lo oscuro del recuerdo de tu sombra.

-Verónica Calvo-

 


21 de julio de 2022

Retroalimentación


Al caer el sol,
te pienso.
Y te revivo.
 
Y me revivo
al caer el sol.
Porque te pienso.
 
-Verónica Calvo-

 

-Imagen Anka Zhuravleva-

             

5 de julio de 2022

Bukowski: Destrozar la belleza

un rayo de sol
de un rojo rosado
lo desmonto
en el garaje
como un rompecabezas.
los pétalos están tan grasientos
como beicon rancio
y caen
como doncellas del mundo
con el envés hacia el suelo
y miro hacia arriba
al viejo calendario
que cuelga de un clavo
y toco
mi cara llena de arrugas
y sonrío
porque
el secreto
se escapa a mi entender.
 
-Charles Bukowski-

 (De Madrigales de la pensión; traducción: J.M. Moreno Carrascal)

-Imagen tomada de la red-

20 de junio de 2022

Fragmentos 2


I


Mirar hacia el cielo
por evitar el roce de una mirada.
Hay un breve silencio.
Sentir, como si nada,
un dedo acariciar
el filo de mi alma.
 
 
II
 
Ascender y descender
al mismo tiempo.                                                Caer y sobrevolar,
y sobrevolar cayendo,
este acantilado sensorial
fuera de nuestro tiempo.
 
 
III
 
La voz miente.
La palabra no se ajusta.
Hay un mirar de nuevo
hacia el cielo.
… ¿Y esa melodía?…
Es el corazón que no se calla.
 
 
IV

Retomar el pulso de la vida.
Las calles con sus pasos
y sus prisas y sus ruidos y sus gentes.
Transitar hacia el crepúsculo
protegiendo lo que oculto
y ansiar que te sueñe mi noche.
 
 
-Verónica Calvo-

9 de junio de 2022

Sensaciones

                                                  -Imagen Katia Chausheva-

   

La mirada.
La sensación.
El silencio.
 
La palabra como vehículo
de lo que decimos,
-banalidad y forma-
y la entrelínea
que flota en el hueco
que hay entre los cuerpos.
 
Fuera de este instante
solo existe
calor, gente y una ventana oscura.
Y de nuevo,
la palabra.
La mirada.
La entrelínea.
 
La sensación
de haber llegado tarde,
y a la vez,
de estar donde se debe.
 
Avanzamos hacia la noche
dejando atrás la sensación,
y el silencio y la ventana.
 
A veces se desea
ser lluvia en primavera.
 
-Verónica Calvo-

26 de mayo de 2022

Quietud

                                              -Imagen Donata Wenders-


El habitual silencio
que todo lo cubre.
La inmovilidad del aire,
de la vida, de la gente.
La tensa calma
de la espera.
Nada llega.
 
C a n s a n c i o.
 
Hay una sombra en el cielo.
 
A lo lejos,
horizonte velado por humo.
 
En el corazón,
el desgarro de la pérdida.
Y se sigue.
Y todavía, se espera.
 
Hay un duelo que empieza.
 
A lo lejos,
un horizonte sonríe velado.
 
¿Por qué sonríe?
 
Ninguna respuesta.
 
 
-Verónica Calvo-