29 de noviembre de 2022

Baudelaire: Un hemisferio en una cabellera

-Imagen tomada de la red-

 

Déjame respirar mucho tiempo, mucho tiempo, el olor de tus cabellos; sumergir en ellos el rostro, como hombre sediento en agua de manantial, y agitarlos con mi mano, como pañuelo odorífero, para sacudir al aire.

¡Si pudieras saber todo lo que veo! ¡Todo lo que siento! ¡Todo lo que oigo en tus cabellos! Mi alma viaja en el perfume como el alma de los demás hombres en la música.

Tus cabellos contienen todo un ensueño, lleno de velámenes y mástiles; contienen vastos mares, cuyos monzones me llevan a climas de encanto, en que el espacio es más azul y más profundo, en que la atmósfera está perfumada por los frutos, por las hojas y por la piel humana.

En el océano de tu cabellera entreveo un puerto en que pululan cantares melancólicos, hombres vigorosos de toda nación y navíos de toda forma, que recortan sus arquitecturas finas y complicadas en un cielo inmenso en que se repantiga el eterno calor.

En las caricias de tu cabellera vuelvo a encontrar las languideces de las largas horas pasadas en el diván, en la cámara de un hermoso navío, mecidas por el balanceo imperceptible del puerto, entre macetas y jarros refrescantes.

En el ardiente hogar de tu cabellera respiro el olor del tabaco mezclado con opio y azúcar; en la noche de tu cabellera veo resplandecer lo infinito del azul tropical; en las orillas vellosas de tu cabellera me emborracho con los olores combinados del algodón, del almizcle y del aceite de coco.

Déjame morder mucho tiempo tus trenzas, pesadas y negras. Cuando mordisqueo tus cabellos elásticos y rebeldes me parece que como recuerdos.

-Charles Baudelaire-

(De Poemas en prosa, o El spleen de París)

20 de noviembre de 2022

Respirar

-Imagen Christian Schloe-

 

La lluvia desea la tierra,
como la tierra ansía la lluvia.
Y yo respiro
la pausa del aire
que media entre la tierra y la lluvia.
Pronto vendrá el crepúsculo
a vestir de noche este día.
Y en breve la noche
se diluirá gozosa en el día.
 
No hay nada eterno en esta vida,
excepto la inmensidad
de esta respiración
que todo lo contempla.
 
Hasta extinguirse.
 
-Verónica Calvo-