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15 de octubre de 2016

El negocio de la autopublicación

-Imagen tomada de la red-

España va a la cola de Europa en cuanto a lectura. Somos el país que menos lee después de Grecia. Desde hace años se ha desatado el furor de ser escritor en nuestro país, hasta el punto que hay más escritores que lectores. Entre la crisis, que no se lee, los amigos del pirateo y que las editoriales se las ven y se las desean para sobrevivir, desde hace años hay un negocio que tiene muchos adeptos: la autopublicación.

Se basan principalmente en el desconocimiento del autor de cómo funciona el mundo editorial. No saben qué es ni qué cuesta una corrección ortotipográfica
y/o de estilo, cuánto cuesta imprimir un ejemplar, qué tipos de impresiones y encuadernaciones hay, dónde y cómo consigues el número de ISBN ni cómo das de alta la obra en el Depósito Legal y lo importante que es una buena distribución. No saben realmente las tarifas de maquetación ni de portadistas o ilustradores, y se les vende todo ello como si fuera costoso, caro y muy difícil. Te ofrecen «precios muy económicos» por estos servicios editoriales, y claro, el desconocimiento hace que piquen.
Luego vienen las desilusiones ante la realidad: no tienes un libro aceptable al menos (he visto páginas al revés, erratas garrafales, incoherencias, maquetaciones que cortan palabras por no respetar márgenes etc.), nada de apoyo para presentar y vender tu libro, librerías que no quieren tu libro ni que lo presentes (este es un tema a tratar porque tienen sus poderosas razones), que nadie te lo compra y viene la queja pública.

Copio textual de un blog: «…esta editorial me prometió que mi libro llegaría a muchos lectores pero imprimen bajo demanda y no llega. Se han aprovechado de mis ganas de publicar y me han engañado».
La verdad es que estas editoriales te lo dicen claramente, no nos engañemos. Sabes que imprimen y venden bajo demanda y sabes las condiciones: compras tus libros y los vendes. Ellos, a lo más, hacen una presentación y te llevas los ejemplares no vendidos previo pago. Si tu libro tiene fallos es porque no has pagado correcciones o dichas correcciones vete a saber quién y cómo las han hecho.
Creo que falta mucha humildad por parte de ciertos autores. Si no amas y valoras tu obra te expones al batacazo. Un escritor, por encima de todo, ama escribir, cuida y protege su obra y las «de verme publicado» queda en segundo plano. Un escritor debería conocer el mundo editorial.

No todos los escritores autopublicados son «malos». Pongo dos ejemplos porque los conozco bien: Juan Gómez-Jurado y Amelia Noguera.
Ellos conocían el mundo editorial y perseveraron y ahí están. Pueden gustarte o no, pero el tema que nos ocupa es otro. Gómez-Jurado ha sido un ejemplo de conocimiento de ventas por Amazon y Noguera no ha firmado con ninguna editorial en la que el editor no estuviera dispuesto a trabajar con ella y conocía la importancia de la buena distribución.

¿Todo vale a la hora de autopublicarte? ¡No! El lector merece respeto porque gasta su dinero y su tiempo en leer.
Vi en un foro a un señor ya entrado en años que publicitaba su libro traducido al inglés…con el traductor de Google. Sin comentarios.

No nos engañemos: cuando se firma un contrato con ellos, pese al marketing de que la edición de un libro requiere al menos de quince profesionales y que no usan plantillas ni programas automáticos, es falso.
Edición: corrector y maquetador (que el corrector, profesional, de hecho sabe maquetar y este último proceso se hace con Indesing, el programa más utilizado por profesionales), portadistas y/o ilustradores para diseño de portada y cubierta y por último, imprenta (os quedaríais asombrados de lo poco que cuesta imprimir un libro; de hecho es lo más barato).

Si necesitas un corrector pincha aquí.
O déjame un comentario y te recomiendo una correctora profesional de absoluta confianza.


25 de marzo de 2016

A letrabordaje!!!



Circula por ahí una anécdota que no sé si será verdadera, pero que no me extrañaría que lo fuera. Un famoso escritor, dicen, que subió a un taxi para dirigirse a una estación de tren. El taxista le reconoció y muy contento de tenerle de pasajero, inició una animada conversación con el escritor, que, estoicamente, escuchó halagos sobre su obra. El taxista le preguntó que a dónde iba, a lo que el escritor respondió que a presentar su última novela.
 El taxista, ya llegando a destino, le dijo que esa misma noche entraría en la red para descargárselo en una web de descargas, donde dijo, siempre entraba.
 El escritor, ya en la estación, dijo algo que no voy a escribir, pero que podéis imaginar, y que se resume en lo siguiente: todo el tiempo que le llevó escribir la novela (investigación, documentación, borrador, escribir capítulos, revisar, corregir…) para que venga alguien y te diga me la voy a bajar gratis en cuanto llegue a casa. Le dijo que era como si él no le pagaba la carrera por x motivos.
  El taxista se agarró un mosqueo monumental (encima).

¿Qué tiene la cultura que muchos piensan que todo es gratis?
 He leído en la red gente que justifica el pirateo porque ciertas obras no llegan a sus países o por el precio, que no voy a negar que la cultura está cara, pero no olvidemos que sigue sin bajar el IVA en cultura gracias a un gobierno, ahora en funciones, que en su momento anunció a bombo y platillo que iban a bajar impuestos en artículos como flores, joyas de alta gama etc.
 Hay museos que tienen un día y horario con entrada gratis. Hay miles de ebooks patrimonio de la humanidad totalmente gratis en plataformas como Amazon. Además, un ebook siempre es mucho más económico que el formato papel y llegan a todas partes del mundo. Existen bibliotecas donde puedes leer o llevarte un libro por un periodo de tiempo.
 Meras escusas, eso son.

¿Quién no se ha descargado un ebook gratis alguna vez? Y cuando lo hacemos, ¿somos conscientes de a quiénes estamos perjudicando?
 Perjudicamos al autor, que no percibe derechos de autor por su trabajo, aunque claro, hay quienes pensarán que no es un trabajo, perjudicamos a una editorial que ha apostado por ese autor, invirtiendo capital para su obra, también a libreros que ven cerrar librerías a diario y cruzan los dedos, y es una pena, porque parece que a pocos les importa, perjudicamos a la cultura y a la educación, que van de la mano.

Una vez Juan Gómez Jurado tuiteó, un enlace a una  web de descargas piratas, donde estaban sus novelas. El webmáster pedía que no le piratearan, que le llevaba tiempo subir los ebooks. Sin comentarios.

Y por último os diré que me hace mucha gracia ver blogs donde todo son avisos de que si le plagian o roban, denunciará donde sea necesario, olvidándose de que roba y plagia con alevosía: yo sí, pero cuidado con llevarte una coma que es mía. También he visto blogs donde señalan que la cultura es un bien de la humanidad y ha de ser gratis. Curiosamente muchos de esos blogueros suben sus obras y avisan de que está a la venta etc. y que cuidado con el robo. 

Reflexionemos y saquemos conclusiones.

-Imagen tomada de la red-


4 de diciembre de 2015

Carta a la RAE



Buenas noches RAE,
   A veces asisto atónita a sus recomendaciones. Ustedes, que tan defensores son de la lengua castellana, que no admiten palabras, o si lo hacen, es a regañadientes (ya les escribiré otra carta al respecto), no entiendo esta dejadez con las maravillosas tildes diacríticas que enriquecen nuestro idioma.
  Hay tildes necesarias para enfatizar. Lean lo siguiente:
 «Estaba solo esperando en la esquina».
 ¿Qué entienden por ese «solo»? ¿Esperaba solo, es decir, sin nadie, o solamente estaba esperando?
 «Mi hermano, el que vive en el este, me dio este regalo para ti. El mío es este».
Aquí no he tildado; lean ustedes y sitúense.

Sí, ya sé que en un contexto se entiende, pero perdónenme que insista: esas tildes diacríticas que recomiendan no utilizar, marcan la diferencia.
Sentiría mucho que acabáramos perdiendo las tildes diacríticas por «comodidad», que yo las aprendí en E.G.B y aquí me tienen: sin trauma alguno y feliz de conocerlas.

Pienso seguir con «sólo» y demás tildes diacríticas en pronombres que ustedes recomiendan no usar.
   Y cómo me digan que «la RAE dice que», contestaré que la RAE dice y desdice a su antojo.
   Sin más, reciban un cordial saludo.


Extraído de la RAE. No se pierdan el final:


[…}Sin embargo, ese empleo tradicional de la tilde en el adverbio solo y los pronombres demostrativos no cumple el requisito fundamental que justifica el uso de la tilde diacrítica, que es el de oponer palabras tónicas o acentuadas a palabras átonas o inacentuadas formalmente idénticas, ya que tanto solo como los demostrativos son siempre palabras tónicas en cualquiera de sus funciones. Por eso, a partir de ahora se podrá prescindir de la tilde en estas formas incluso en casos de ambigüedad. La recomendación general es, pues, la de no tildar nunca estas palabras. 
Las posibles ambigüedades pueden resolverse casi siempre por el propio contexto comunicativo (lingüístico o extralingüístico), en función del cual solo suele ser admisible una de las dos opciones interpretativas. Los casos reales en los que se produce una ambigüedad que el contexto comunicativo no es capaz de despejar son raros y rebuscados, y siempre pueden evitarse por otros medios, como el empleo de sinónimos (solamente o únicamente, en el caso del adverbio solo), una puntuación adecuada, la inclusión de algún elemento que impida el doble sentido o un cambio en el orden de palabras que fuerce una única interpretación.





24 de agosto de 2014

Falta de corrección ortotipográfica



   El proceso de editar puede ser muy tedioso por aquello de las revisiones, y se puede escapar una errata por mucho cuidado que tenga el corrector y todos los revisores. Todos sabemos que nos acostumbramos a leer por intuición, es decir, no leemos letra por letra, y el proceso de revisar debe hacerse así, por letra. También ocurre que ya conoces tanto un texto que aunque tengas delante el error, no lo ves. ¿No os ha pasado esto?
   Un día leí un libro que fue un suplicio. Evidentemente el texto no había sido revisado porque encontré:
   Palabras a las que faltaban letras (mauslo, en vez de mausoleo), orden invertido (qeu en vez de que), guiones en vez de rayas (-  —), falta de cierres de exclamaciones, interrogaciones y comillas, errores en tildes, algún artículo mal empleado o que brillaba por su ausencia, sangrías mal realizadas etc.
   El libro tenía 504 páginas repletas de errores ortotipográficos, de estilo y de maquetación, pero este es otro tema, y es una pena, porque la traducción era realmente buena. La editorial, conocidísima, de esas de toda la vida.
   Llegó un momento en que tanto error me molestaba. Pero la novela me tenía atrapada, de otra manera, creo que hubiera abandonado la lectura.
   ¿Cómo es posible esto? Evidentemente, nadie revisó. Una pena, porque el libro lo pagan los lectores en todo los sentidos.

   Vosotros, que sois lectores, ¿os ha pasado algo de este calibre? ¿Habéis encontrado este tipo de errores ortotipográficos en muchos libros? ¿Cuál ha sido el mayor que habéis encontrado? 
     Comentad lo que os apetezca, gracias.


Por si alguien no conoce lo que es la ortotipografía, aquí lo podéis leer.

-Imagen tomada de la red-

7 de mayo de 2014

Mayúscula y minúscula

  


  Muchas veces he visto nombres de meses, días y estaciones del año, así como otras palabras, escritas en mayúsculas, por ejemplo, tiempo.
   Reconozco que a veces lo hago, sobre todo en poesía, para dar peso a la palabra, para que destaque en su importancia, para diferenciar esa palabra común dentro de un contexto.

   Pero, ¿qué dice la RAE?

   “Salvo que la mayúscula venga exigida por la puntuación (a comienzo de texto o después de punto), los nombres de los días de la semana, de los meses y de las estaciones del año se escriben en español con minúscula inicial:
Nació el pasado martes, 22 de noviembre.
En Caracas, a 6 de mayo de 2005.
Esta primavera ha llovido mucho.
Solo se inician con mayúscula cuando forman parte de nombres que exigen la escritura de sus componentes con mayúscula inicial, como ocurre con los nombres de festividades, fechas o acontecimientos históricos, vías urbanas, edificios, etc.: Viernes Santo, Primavera de Praga, plaza del Dos de Mayo, Hospital Doce de Octubre.

   Vosotros, ¿seguís esta norma de la RAE? ¿Por qué lo hacéis, o no lo hacéis? ¿Consideráis una falta de ortografía hacerlo?
   Por favor, argumentad si os apetece.


-Texto extraído de la RAE-

-Imagen tomada de la red-

16 de febrero de 2014

Sobre la poesía

  
 La poesía, ¿qué es la poesía?
Es un estado anímico, una necesidad de vaciar el interior, una idea.
También es un cofre donde guardar recuerdos, o el peso de la conciencia para movilizar mentes en pos de una urgencia social.
Para otros, la poesía es un reto para buscar rimas y contar sílabas, incluso hay quienes crean poemas que parecen sudokus.
Y por supuesto, no olvidemos, hay poesías encriptadas que parecen hechas para poner en jaque al lector.

   He asistido a debates donde se pone en duda el arte de la poesía libre; pero también he escuchado menospreciar a aquellos que sienten la rima, diciendo que son fríos y distantes. En definitiva, se enjuicia, desde el gusto personal, a quien escribe la poesía que siente.

   La poesía, ¿qué es la poesía? ¿quién es poeta?
   Poeta es quien escribe poesía, más allá de gustos y formas. Poesía es aquello que nos llega, nos roza y nos moviliza, nos aporta belleza, nos hace reflexionar. 
O incluso, sentir efervescencia, porque no hay palabras para expresar lo que los versos nos han dejado.
   He conocido personas que dicen no entender la poesía, o que les aburre o no les gusta. Siempre les digo que no han encontrado su poema, su poeta, la unión mágica que se da cuando lo encuentras. Se crea un vínculo para siempre cuando lees aquello que otro ha escrito, y te ha calado dentro, que hace que la respiración se entrecorte y algo te diga: es esto.

   Y Ustedes, ¿qué piensan qué es poesía? ¿Quién es su poeta favorito? ¿Qué poema les ha tocado el alma para siempre? ¿A qué edad comenzaron a leer o a escribir poesía?

   Les animo a compartir sus opiniones, sus gustos por la poesía, incluso dejen un poema que les haya gustado.




Un grano de poesía es suficiente para perfumar un siglo.
                                                                  -José Martí-


Es imposible traducir la poesía. ¿Acaso se puede traducir la música? 
                                                                                              -Voltaire-

La poesía es la pintura que se mueve y la música que piensa. 
                                                                  -Émile Deschamps-


La poesía es el eco de la melodía del universo en el corazón de los humanos. 
-Victor Hugo-

La pintura es poesía muda; la poesía pintura ciega. 
                                                 -Leonardo da Vinci-


La poesía es el género de la sinceridad última e irreversible. 
                                                                  -Mario Benedetti-


Comprendí que el trabajo del poeta no estaba en la poesía; estaba en la invención de razones para que la poesía fuese admirable.
                                             -Jorge Luis Borges-

Cada poema es único. En cada obra late, con mayor o menor grado, toda la poesía. Cada lector busca algo en el poema. Y no es insólito que lo encuentre: Ya lo llevaba dentro.
   -Octavio Paz-

La poesía está por todas partes, pero llevarla al papel es, por desgracia, más complicado que verla.
     -Vicent Van Gogh-

La poesía es el sentimiento que le sobra al corazón y te sale por la mano.
                                                                                         -Carmen Conde-

El año que es abundante de poesía, suele serlo de hambre.
                                                          -Miguel de Cervantes-

Se requiere de mucha desesperación, insatisfacción y desilusión para escribir unos pocos buenos poemas. No es para todo el mundo ya sea para escribirlos o siquiera leerlos.
-Charles Bukowski-

El hombre sordo a la voz de la poesía es un bárbaro.
                                                   -Johann W. Goethe-

Un poema comienza en deleite y termina en sabiduría.
                                                               -Robert Frost-

Un gran poeta es la joya más preciosa de una nación.
                                              -Ludwig Van Beethoven-


-Imágenes tomadas de la red-

5 de octubre de 2013

Liberatura-Liber 2013


Madrid. Liber, 31ª Feria Internacional del Libro, para profesionales del sector, del 2 al 4 de octubre en el recinto “Madrid Arena”, Casa de campo.
Se dan cita editoriales, organizaciones culturales, distribuidoras, agentes literarios, empresas de arte gráficas, de multimedia, proveedores (archivos fotográficos, traductores, correctores), asociaciones profesionales, y empresas de servicios (de autor, asesoría legal sobre derechos de la propiedad intelectual, representantes, servicios de autoedición, producción etc). En definitiva, todo lo relacionado con el sector.
Este año, esta feria que no termina de obtener buenas críticas, abre sus puertas al público en el “Pabellón Satélite”, del 4 al 6 de octubre, ubicado al lado de “Madrid Arena”.
Como podéis leer en su web, este año se renueva.
Sus objetivos:
-         Más grande
-         Más eficaz
-         Más conocido
-         Más visitado
-         Más rentable para todos
Sus novedades:
-         Salón abierto al público en general (Pabellón Satélite)
-         Symposium Liber 2013 (foro con sesiones en las que participan figuras mundiales y nacionales del sector)
-         Cena y entrega de premios Liber 2013
-         Nueva ubicación (más cerca)
-         Corner Digital
-         País invitado de honor: Chile
-         Más internacional (editoriales y compradores procedentes de todo el mundo)
-         Mayor esfuerzo de comunicación que nunca

Voy a contaros sobre la visita al "Pabellón Satélite" ayer, día 4, nada más abrir:
Parking: precio único 5 € (pagado en el momento de entrar porque “la gente cuando sale quiere irse pronto”)
Entrada al "Pabellón Satélite" (Festival Liberatura): 5 € (reembolsable si compras un libro por importe superior a 5 €)
Superficie útil: 2.104 metros cuadrados (aforo hasta 1.700 personas)
 Si no conoces el recinto te perderás. No hay ninguna señalización y has de entrar por un lugar con una valla que te sugiere “paso cerrado”, pero sí, es por ahí por donde llegas al "Pabellón Satélite" cuyo nombre no lo verás en ninguna parte, no así “Madrid Arena”.
Una vez dentro te encuentras con un espacio desangelado: en el centro un pequeño bar (vasos de cartón y ni un taburete) y en las esquinas, unas pocas (muy pocas, ahí lo dejo) librerías exponiendo libros (una de ellas muy conocida y estratégicamente ubicada en dos lugares), y dos espacios habilitados para las actividades: mesas sobre diversos temas relacionados con la literatura y el mundo editorial, así como firmas de libros, cuentacuentos y talleres para los más pequeños.
Así mismo está el “Festival por la ciudad”, un circuito en La casa del Libro,  librería Rafael Alberti, librería Librespacio y librería Didacticalia.
No sé si porque fuimos los visitantes 1 y 2, pero ni un panel informativo sobre dichas actividades, ni un folleto... nada.
En definitiva:
Echándole ganas, es decir, mirando títulos de libros, fijándote en datos de créditos, cubiertas etc. lo ves en nada (¿20 minutos?).
La primera mesa (inaugural a cargo de Eduardo Mendoza) prevista a las 13:00 h.
¿Y qué haces allí hasta entonces, desde las 10:30, hora en que finalizamos la visita?
Supongo que si siguen con esta iniciativa de abrir el Salón al público, o cambian el planteamiento o si las mesas son interesantes, prepárate con tiempo para conseguir entrar en el aforo habilitado.
Y es que... ¡no podemos competir con la Feria de editores de Frankfurt!

25 de septiembre de 2013

Tilde diacrítica




Hablando con una correctora ortotipográfica y de estilo, salió el tema de la tilde diacrítica.
Ella me dijo que prefería usar la recomendación de no usar tilde en palabras como solo, este etc.
A veces se nos hace raro no ver la tilde en esas palabras, incluso sigue generando dudas, pero la RAE recomienda no usar la tilde diacrítica.
Mucho se ha hablado y escrito sobre este tema, pero leí una noticia, publicada por el diario El mundo, donde se hablaba de que “la RAE reconoce su derrota contra los acentos de “solo” y el demostrativo “este”.
Por su parte, Salvador Gutiérrez Ordóñez, recuerda que era una recomendación.

¿Vosotros qué opináis? ¿Habéis adoptado a la hora de escribir, la recomendación de no usar la tilde?

A continuación os dejo lo que decía y dice la RAE sobre la tilde diacrítica, todo ello extraído de la RAE.


La RAE decía en su primera edición, segunda tirada::

   Se llama tilde diacrítica al acento gráfico que permite distinguir palabras con idéntica forma, pero que pertenecen a categorías gramaticales diferentes. En general, llevan tilde diacrítica las formas tónicas (las que se pronuncian con acento prosódico o de intensidad) y no la llevan las formas átonas (las que carecen de acento prosódico o de intensidad dentro de la cadena hablada. Hay algunas excepciones, como es el caso de los nombres de las letras te y de y los de las notas musicales mi y si, que, siendo palabras tónicas, no llevan tilde (al igual que las respectivas formas átonas: la preposición de, el pronombre personal te, el adjetivo posesivo mi y la conjunción si); o la palabra más, que aunque tiende a pronunciarse átona cuando se usa con valor de adición o suma (dos más dos son cuatro) se escribe con tilde. En otras ocasiones, la tilde diacrítica tiene como función evitar dobles sentidos (anfibologías), como en el caso de los demostrativos este, ese y aquel  o de la palabra solo. Salvo en estos dos últimos casos, la tilde diacrítica no distingue parejas de palabras de igual forma y que siempre son tónicas; así, di es forma del verbo decir y del verbo dar; fue y fui, son formas del verbo ir y del verbo ser; vino es forma del verbo venir y un sustantivo, etc.

  Demostrativos. Los demostrativos este, ese y aquel, con sus femeninos y plurales, pueden ser pronombres (cuando ejercen funciones propias del sustantivo): Eligió este; Ese ganará; Quiero dos de aquellas; o adjetivos (cuando modifican al sustantivo): Esas actitudes nos preocupan; El jarrón este siempre está estorbando. Sea cual sea la función que desempeñen, los demostrativos siempre son tónicos y pertenecen, por su forma, al grupo de palabras que deben escribirse sin tilde según las reglas de acentuación: todos, salvo aquel, son palabras llanas terminadas en vocal o en -s, y aquel es aguda acabada en -l . Por lo tanto, solo cuando en una oración exista riesgo de ambigüedad porque el demostrativo pueda interpretarse en una u otra de las funciones antes señaladas, el demostrativo llevará obligatoriamente tilde en su uso pronominal. Así, en una oración como la del ejemplo siguiente, únicamente la presencia o ausencia de la tilde en el demostrativo permite interpretar correctamente el enunciado: ¿Por qué compraron aquéllos libros usados? (aquéllos es el sujeto de la oración); ¿Por qué compraron aquellos libros usados? (el sujeto de esta oración no está expreso, y aquellos acompaña al sustantivo libros). Las formas neutras de los demostrativos, es decir, las palabras esto, eso y aquello, que solo pueden funcionar como pronombres, se escriben siempre sin tilde: Eso no es cierto; No entiendo esto.

 Interrogativos y exclamativos. Las palabras adónde, cómo, cuál, cuán, cuándo, cuánto, dónde, qué y quién, que tienen valor interrogativo o exclamativo, son tónicas y llevan tilde diacrítica. Introducen enunciados directamente interrogativos o exclamativos: ¿Adónde vamos?; ¡Cómo te has puesto!; ¡Qué suerte ha tenido!; ¿De quién ha sido la idea?; o bien oraciones interrogativas o exclamativas indirectas: Pregúntales dónde está el ayuntamiento; No tenían qué comer; Imagínate cómo habrá crecido que no lo reconocí; Verá usted qué frío hace fuera. Además, pueden funcionar como sustantivos: Se propuso averiguar el cómo, el cuándo y el dónde de aquellos sucesos
 Estas mismas palabras son átonas —salvo cual, que es siempre tónico cuando va precedido de artículo— cuando funcionan como relativos o como conjunciones y, por consiguiente, se escriben sin tilde: El lugar adonde vamos te gustará; Quien mal anda, mal acaba; El que lo sepa que lo diga.
 Sólo/solo. La palabra solo puede ser un adjetivo: No me gusta el café solo; Vive él solo en esa gran mansión; o un adverbio: Solo nos llovió dos días; Contesta solo sí o no. Se trata de una palabra llana terminada en vocal, por lo que, según las reglas generales de acentuación, no debe llevar tilde. Ahora bien, cuando esta palabra pueda interpretarse en un mismo enunciado como adverbio o como adjetivo, se utilizará obligatoriamente la tilde en el uso adverbial para evitar ambigüedades: Estaré solo un mes (al no llevar tilde, solo se interpreta como adjetivo: ‘en soledad, sin compañía’); Estaré sólo un mes (al llevar tilde, sólo se interpreta como adverbio: ‘solamente, únicamente’); también puede deshacerse la ambigüedad sustituyendo el adverbio solo por los sinónimos solamente o únicamente.
 Aún/aun. Este adverbio oscila en su pronunciación entre el hiato [a - ún] y el diptongo [aun], dependiendo de diferentes factores: su valor semántico, su situación dentro del enunciado, la mayor o menor rapidez o énfasis con que se emita, el origen geográfico del hablante, etc. Dado que no es posible establecer una correspondencia unívoca entre los usos de esta palabra y sus formas monosílaba (con diptongo) o bisílaba (con hiato), es preferible considerarla un caso más de tilde diacrítica.
a) La palabra aún lleva tilde cuando puede sustituirse por todavía (tanto con significado temporal como con valor ponderativo o intensivo) sin alterar el sentido de la frase: Aún la espera; Este modelo tiene aún más potencia; Tiene una biblioteca de más de cinco mil volúmenes y aún se queja de tener pocos libros; Aún si se notara en los resultados..., pero no creo que mejore; Ahora que he vuelto a ver la película, me parece aún más genial.
  b) Cuando se utiliza con el mismo significado que hasta, también, incluso (o siquiera, con la negación ni), se escribe sin tilde: Aprobaron todos, aun los que no estudian nunca; Puedes quejarte y aun negarte a venir, pero al final iremos; Ni aun de lejos se parece a su hermano. Cuando la palabra aun tiene sentido concesivo, tanto en la locución conjuntiva aun cuando, como si va seguida de un adverbio o de un gerundio, se escribe también sin tilde: Aun cuando no lo pidas[= aunque no lo pidas], te lo darán; Me esmeraré, pero aun así [= aunque sea así], él no quedará satisfecho; Me referiré, aun brevemente [= aunque sea brevemente], a su obra divulgativa; Aun conociendo [= aunque conoce] sus limitaciones, decidió intentarlo.

En la edición de la Ortografía de la lengua española (2010), la RAE dice:

   La palabra solo, tanto cuando es adverbio y equivale a solamente (Solo llevaba un par de monedas en el bolsillo) como cuando es adjetivo (No me gusta estar solo), así como los demostrativos este, ese y aquel, con sus femeninos y plurales, funcionen como pronombres (Este es tonto; Quiero aquella) o como determinantes (aquellos tipos, la chica esa), no deben llevar tilde según las reglas generales de acentuación, bien por tratarse de palabras llanas terminadas en vocal o en -s, bien, en el caso de aquel, por ser aguda y acabar en consonante distinta de n o s.
Aun así, las reglas ortográficas anteriores prescribían el uso de tilde diacrítica en el adverbio solo y los pronombres demostrativos para distinguirlos, respectivamente, del adjetivo solo y de los determinantes demostrativos, cuando en un mismo enunciado eran posibles ambas interpretaciones y podían producirse casos de ambigüedad, como en los ejemplos siguientes: Trabaja sólo los domingos [= ‘trabaja solamente los domingos’], para evitar su confusión con Trabaja solo los domingos [= ‘trabaja sin compañía los domingos’]; o ¿Por qué compraron aquéllos libros usados? (aquéllos es el sujeto de la oración), frente a ¿Por qué compraron aquellos libros usados? (el sujeto de esta oración no está expreso y aquellos acompaña al sustantivo libros).
   Sin embargo, ese empleo tradicional de la tilde en el adverbio solo y los pronombres demostrativos no cumple el requisito fundamental que justifica el uso de la tilde diacrítica, que es el de oponer palabras tónicas o acentuadas a palabras átonas o inacentuadas formalmente idénticas, ya que tanto solo como los demostrativos son siempre palabras tónicas en cualquiera de sus funciones. Por eso, a partir de ahora se podrá prescindir de la tilde en estas formas incluso en casos de ambigüedad. La recomendación general es, pues, no tildar nunca estas palabras.
   Las posibles ambigüedades pueden resolverse casi siempre por el propio contexto comunicativo (lingüístico o extralingüístico), en función del cual solo suele ser admisible una de las dos opciones interpretativas. Los casos reales en los que se produce una ambigüedad que el contexto comunicativo no es capaz de despejar son raros y rebuscados, y siempre pueden evitarse por otros medios, como el empleo de sinónimos (solamente o únicamente, en el caso del adverbio solo), una puntuación adecuada, la inclusión de algún elemento que impida el doble sentido o un cambio en el orden de palabras que fuerce una única interpretación.

Supresión de la tilde diacrítica en la conjunción disyuntiva o escrita entre cifras:

   Hasta ahora se venía recomendando escribir con tilde la conjunción disyuntiva o cuando aparecía entre dos cifras, a fin de evitar que pudiera confundirse con el cero. Este uso de la tilde diacrítica no está justificado desde el punto de vista prosódico, puesto que la conjunción o es átona (se pronuncia sin acento) y tampoco se justifica desde el punto de vista gráfico, ya que tanto en la escritura mecánica como en la manual los espacios en blanco a ambos lados de la conjunción y su diferente forma y menor altura que el cero evitan suficientemente que ambos signos puedan confundirse (1 o 2, frente a 102). Por lo tanto, a partir de este momento, la conjunción o se escribirá siempre sin tilde, como corresponde a su condición de palabra monosílaba átona, con independencia de que aparezca entre palabras, cifras o signos: ¿Quieres té o café?; Terminaré dentro de 3 o 4 días; Escriba los signos + o  en la casilla correspondiente.

(Imagen tomada de la red)