Acéchame, noche,
penétrame con tu viento,
deja que la llama de la vela
se consuma entre las horas
que pasas sobre mis pechos.
Ábreme el deseo
y bebe mi dulce veneno.
Aspira este perfume
que se enreda entre mis piernas
y tómame sin más,
atalaya de mis sueños,
entregándome antes del alba
un poema suelto a tus desvelos.
-Verónica Calvo-
-Verónica Calvo-
(Imagen:
Philippe Berthier)