22 de diciembre de 2020

Raymond Carver: Insomnio de invierno

-Imagen tomada de internet-




La mente no duerme, descansa impaciente,
atenta al respiro que se toma la nieve
antes del asalto final.

Ojalá estuviera aquí Chéjov para recetarme
algo -tres gotas de valeriana, un vaso
de agua de rosas- lo que fuera, da igual.

A la mente le gustaría salir de aquí
y pisar la nieve. Le gustaría correr
con una manada de animales peludos, todo colmillos,

bajo la luna, avanzar por la nieve sin dejar
huella ni rastro alguno, nada por detrás.
Mi mente enferma esta noche.


(De Fuegos)

16 de diciembre de 2020

Entre las sombras

                                                        -Imagen Christian Schloe-

 

Esta noche callo.
Afuera la calma
sobrecoge esta inquietud que me habita.
La luna se oculta entre las nubes.
Está cansada de tanta palabra repetida.
Ambas estamos hartas del vacío que anida.


Esta noche me escondo.
No quiero ver las sombras
que proyectan pensamientos.
Escucho el canto del viento
-compañía que rompe la soledad
que supura cada rincón de esta casa-.


Esta noche es asombro.
     Y es oscura y, a la vez,
                                    es clara.

Leo aquel viejo poema
que escribiste al amparo de tu brillo.
Lo hago mío y lo atesoro
en mi tristeza.


Ahora que no hay nadie,
ahora que solo hay silencio,
puedo apagar las velas
que iluminaron el mundo.

 -Verónica Calvo-


8 de diciembre de 2020

Ensoñación

-Imagen Duy Huynh-

                                                                                -Imagen Duy Huynh-


Vengo de aquellos campos
donde los árboles
mecían poemas en sus ramas.
 
Vengo de escuchar al viento.
 
(Sobre la hierba marchita de invierno,
aquellos nombres que son eco).
 
Vengo de volar entre las sombras,
enredada en pieles muertas.
 
Alzo la mirada al cielo.
Un incendio entre las nubes.
Un pájaro negro sin nido.
La estrella vespertina en su brillo.
 
(En el horizonte perdura
el humo del día que se acaba).
 
La noche todo lo abarca.
 
Vengo del campo y del viento.
Vengo del largo día
y voy al encuentro de la poesía.
 
 
-Verónica Calvo-

30 de noviembre de 2020

Fin

                                                       -Imagen Diane Varner-

 

1

Entre las raíces,
la sombra de quien fuiste.
No queda un rescoldo
de aquello que amé.

Ni de tu nombre.

 

2

No quedan brasas.
No quedan raíces.

Cenizas. El viento se las lleva.

 

3

Nuevo día.
Camino hacia la noche
envuelta en la sombra de mi nombre.
Cenizas de aquellas raíces
que el viento dispersó.

Nuevo horizonte.

 

-Verónica Calvo-



16 de noviembre de 2020

Variaciones de un haiku


                                                                                                      -Imagen Morguefile-


9 de noviembre de 2020

Naufragio

 

                                                             -Imagen Brooke Shaden-                                                                                                              

Ayer, otro pájaro malherido
llegó a este barco, sin gobernante,
que aguanta en la tormenta.
Pocos le miraron.
Les recordaba demasiado a sí mismos.
Pocos le atendieron.
Estaban ocupados salvándose del embate de las olas.
 
Mirábamos allá, donde el horizonte
es una difusa línea de negro y gris.
El pájaro murió.
Aparecieron los Siniestros
y le lanzaron por la borda,
como se tira algo que no sirve; algo que ya no vale.
 
Desde marzo, esta nave surca la tempestad.
Miramos al puente de mando:
Hay luz. (Pero no hay nadie).
Nos llega alguna voz. (Pero sigue sin haber nadie).
Supimos que estábamos solos,
y que, solos, enfrentaríamos el inminente naufragio.
 
 
(Y bailamos para ahuyentar la incertidumbre.
Y cantamos para despistar el miedo que nos traga).
 
-Verónica Calvo-


31 de octubre de 2020

Rosalía de Castro: Lágrima triste en mi dolor vertida




Lágrima triste en mi dolor vertida,
perla del corazón que entre tormentas
fue en largas horas de pesar nacida,
en fúnebre memoria convertida
la flor será que a tu corona enlace;
las horas de la vida turbulentas
ajan las flores y el laurel marchitan;
pero lágrimas, ¡ay!, que el alma esconde,
llanto de duelo que el dolor fecunda,
si el triste hueco de una tumba anega
y sus húmedos hálitos inunda,
ni el sol de fuego que en Oriente nace
seco su manantial a dejar llega
ni en sutiles vapores le deshace,
¡y es manantial fecundo el llanto mío
para verter sobre un sepulcro amado
de mil recuerdos caudaloso río!


-Rosalía de Castro-

 

8 de octubre de 2020

Quiero

-Imagen tomada de la red-


Quiero tu mirada,
aquello que ocultas
y te hace entre la sombra.
Quiero campar por el campo
de tu escarcha.
Dame el canto de tu fuente;
déjame que en él duerma,
aunque la hiedra me devore.
 
Quiero esa mirada tuya,
la que es derrota y victoria.
Quiero transitar tus primaveras,
en la espera de este invierno,
que llegará, llenándolo todo.
Déjame tendida al sol
mientras me miras desaparecer,
en el murmullo de tu fuente.
 
Dame todo
aunque nada quiera.
 
Y aunque nada quiera,
sabes que de ti, lo quiero todo.
 
-Verónica Calvo-

2 de octubre de 2020

Lluvia en el cristal


-Imagen tomada de la red-


Al silencio roto
por la lluvia contra los cristales,
lo llamábamos felicidad.
Jamás nos sentíamos solos.

En nuestra orilla,
el sol nunca se velaba por la bruma.
Leíamos poemas de Ginsberg
y dejábamos que el mundo orbitara a su manera.


Hubo una tormenta.
Una huida hacia delante.
Quedó el tiempo como un destiempo prematuro.
 
Ahora solo hay ruido.
Y nubes que corren por el cielo.
Silencios que son vacíos,
porque desde que te fuiste,
la lluvia contra el cristal,
se llama añoranza.
 
 
-Verónica Calvo-


23 de septiembre de 2020

Sam Shepard: de Crónicas de motel

                                                               -Imagen tomada de la red-

Esta noche alejo de mí a todo el mundo. Lo he hecho durante todo el día, pero esta noche sigo haciéndolo hasta con virulencia. He acampado junto a mi ventana favorita y por mucho que toquen armónicas, por mucho que oiga entrechocar los platos, risas y voces de otras habitaciones de esta casa, nada me arrancará de aquí. Lo que verdaderamente ansío es el momento en el que se desvanece el día. Coches que acaban de encender los faros. Lechuzas tanteando el terreno. Este ataque de malevolencia se desvanece poco a poco cuando se hace verdaderamente de noche.

   Siempre me pongo raro con el Veranillo. Ya lo he notado otras veces. Mi organismo entero se siente estafado. Justo cuando el cuerpo empezaba a enamorarse de las doradas hojas de Chopo que caían planeando. Del olor de la leña de Madroño quemándose. El Veranillo desgarra de parte a parte el salvaje encanto del Otoño.

   No tengo ganas de rondar por ahí quitándome hasta la camisa. Lo que quiero son gruesas capas de mantas canadienses y un buen fuego. Y perros. Y noches frías, frías.

 -Sam Shepard-

 22/9/80

Santa Rosa, Ca

(De Crónicas de motel)


16 de septiembre de 2020

Poema en días extraños


Escribir un poema,
a pesar de tener la palabra perdida,
viene a ser como escribir, en el agua de los ojos,
una estrofa de esperanza, un canto a la vida.

Y ahora vendrá el viento,
y la tarde que no pasa.
Y luego la noche que todo lo vela.

El silencio que cubre,
                               anestesia que no cesa.

No hay poemas.
Nada.

V a c í o.


-Verónica Calvo-


6 de septiembre de 2020

Recorrido


Es caminar la larga noche hasta la aurora.
Fue volver a pasear jardines solitarios
donde el eco, rememora.
Será regresar al origen;
allí donde no existen razones.

Es volver a caminar el largo día a la espera de la noche.
Fue querer volver al momento que no vuelve
y que a pesar de saberlo, nos envuelve.
Será callar; adormecer la memoria,
(re)surgir en lo que reste entre el rescoldo.

Y seguir volando con el viento,
                                            aunque sea en contra.

-Verónica Calvo-

26 de agosto de 2020

Poema inspirado por un verso

-Imagen: Katia Chausheva-



Todos estaban muertos o con las alas rotas o devoradas por la vida.

-Edgar Lee Masters-

1


El recuerdo.
Voces que se elevan con el viento.
La sombra se diluye en cada estancia.

2

El silencio.
La perspectiva de aquello que vimos desde el aire.
Añoranzas.

3

El horizonte es un lienzo negro.
La espera de lo que calla.
Nadie viene. Nada.

-Verónica Calvo-

9 de agosto de 2020

Y la noche...

-Imagen Brooke Shaden-

Y la noche
llegó a cada pliegue que me compone.
La sombra del recuerdo
borra el brillo de la estrella.

Hay fisuras
en cada aurora.
Más allá de este cuarto de luna,
las voces surgen naufragas, en este minuto
que lo es Todo -que será Nada-.

Y la noche
todo lo cubre; todo lo tapa.
Más allá del pensamiento,
cajas de música desafinadas.

El tiempo difumina
el rostro de aquellos que habitan, en el desarraigo.


-Verónica Calvo-

31 de julio de 2020

Edgar Lee Masters: Robert Davidson

-Imagen tomada de la red-


Me cebé espiritualmente alimentándome de almas de hombres.
Si veía un alma fuerte,
hería su orgullo y devoraba su fuerza.
Los refugios de la amistad sabían de mis mañas,
pues cuando yo podía robar a un amigo, lo hacía.
Y siempre que podía aumentar mi fuerza
socavando la ambición ajena, lo hacía
para allanarle el camino a la mía.
Y el triunfar sobre otras almas,
simplemente para afirmar y probar mi fuerza superior,
era para mí una delicia,
el intenso placer de la gimnasia del alma.
Devorando almas, debería haber vivido para siempre.
Pero sus restos indigestos me produjeron una nefritis mortal,
con ansiedad, insomnio, ánimo deprimido,
odio, recelo y trastornos de vista.
Al final, con un grito de espanto, tuve un colapso.
Recordad que los gusanos,
no se alimentan de otros gusanos.


(Poema perteneciente a Antología de Spoon River)

23 de julio de 2020

(Extraña) Nueva vida



Ayer vi pasar,
entre la calima que se expande en el gentío,
parte de este verano diferente.

Yo estaba sentada en un banco,
a la sombra de un pensamiento extraño,
cuando le vi venir sin más señas
que una sonrisa tapada.

Brillaba en sus ojos
la luz moribunda de la esperanza.

Abrazó a una mujer diminuta.
Ella le separó de su cuerpo con aprensión.

Charlaron brevemente,
sin saber que yo acechaba
bajo aquella sombra opaca.

Se despidieron.
Ella con prisa.
Él, intentando retenerla.

La calima de los cuerpos
se elevaba al cielo turbio.
Turbio de esperanzas deshechas.
Sucio de miedo y rabia.

Y le volví a ver,
agazapado en la semioscuridad
que tejía el sol entre las ramas
de un árbol en la esquina,
esperando como un animal herido,
el encuentro con alguien conocido.

Otro que no sabe qué hacer con esta rara vida,
pensé.

Ayer vi pasar,
entre la calima que difumina los días,
a muchos extraños, atónitos ante esta nueva vida.

-Verónica Calvo-

16 de julio de 2020

N.


Te hiciste lluvia en la lluvia,
recuerdo y nostalgia.
Te fuiste en el silencio
que rompe la madrugada.

(Dentro quedó
lo que no tiene palabras).

Y te vuelves a hacer
nostalgia y recuerdo,
lluvia dentro de la lluvia,
silencio y madrugada.

-Verónica Calvo-


(Para N, “palabrista” que fue brisa 
y sigue siendo aire. Escrito en 2019)

9 de julio de 2020

Lecturas recomendadas



Sinopsis de editorial Anagrama:

¿Quién es Gatsby, el personaje que da nombre a uno de los mitos creados por la novela del siglo XX? Jay Gatsby es un misterio, el hombre que se inventó a sí mismo y ha montado una inmensa fiesta para reconquistar a la deslumbrante Daisy Buchanan, que una vez lo quiso. Nadie sabe de dónde ha salido.
Estamos en la primera hora de la Edad del Jazz, en los felices y cinematográficos años veinte, en Nueva York, tiempo de diversión y emoción, orquestas y tiroteos. Gatsby vive en una fabulosa casa de Long Island, y a sus bailes acude «el mundo entero y su amante», cientos de criaturas a quienes no hace falta invitar, insectos alrededor de la luz del festín. La puerta está abierta, y la atracción más enigmática del espectáculo es el dueño de la casa, un millonario que quizá sea un asesino o un espía, sobrino del emperador de Alemania o primo del demonio, héroe de guerra al servicio de su país, los Estados Unidos de América, o simplemente un gángster, un muchacho sin nada que se convirtió en rico. Lo vemos con los ojos del narrador, Nick Carraway, que dice ser honrado y haber aprendido a no juzgar a nadie.
En el verano de 1922, buen año para la especulación financiera y la corrupción y los negocios que se confunden con el bandidismo, parece que sólo hubo fiestas y reuniones para comer y beber, y que pocas veladas acabaron sin perturbación. Hay amantes que rompen con una llamada telefónica la paz de un matrimonio, y una nariz rota, y un coche que se hunde humorísticamente en la cuneta, y un homicidio involuntario, y un asesinato, pero la diversión recomienza siempre. Jay Gatsby es un héroe trágico que se va destruyendo conforme se acerca a su sueño: la reconquista de una mujer a la que dejó para irse a la guerra en Europa. Quiere cumplir su deseo más inaccesible: recuperar el pasado, el momento en que conquistó a Daisy Buchanan.
La antítesis del desarraigado Gatsby es Tom Buchanan, marido de Daisy. Posee una identidad de hierro, sin discusión, ciudadano de valores sólidos, que cree en la familia, la herencia, el patrimonio y la supremacía de la raza blanca. Tiene una capacidad descomunal para imponerse.
Y alrededor de los Buchanan se fraguará un desgraciado pentágono amoroso, quebrado y desigual, como la sociedad de la época, tan igualitaria en sus espectáculos y diversiones democráticas.

Una novela corta llena de lirismo, delicadeza, simbolismo, ágil y con excelente narrativa. La traducción de editorial Anagrama, muy buena. Uno de mis libros favoritos. Os recomiendo leer esta novela sin prisas, disfrutando de cada párrafo. Si no habéis visto la película, la primera, dirigida por Jack Clayton, con Robert Redford en el papel de Gatsby, os la recomiendo también. Es fiel a los diálogos y escenas del libro.





Sinopsis de la editorial Cátedra:

El "Llano en llamas" es hoy un clásico de la literatura mexicana e hispanoamericana, y probablemente uno de los volúmenes de cuentos más traducido a otros idiomas en el mundo entero. Obra aparentemente sencilla resulta, sin embargo, profundamente desconcertante. En su unidad formal descansa una gran diversidad de lenguajes, registros y tonos con los que Rulfo aborda la problemática de una violencia multiforme -desembozada unas veces, insidiosa otras-, hasta tal punto naturalizada que ha dejado de reconocerse como tal. Sin embargo, el autor no la "refleja" ni la "denuncia", ni tampoco la pone en escena: la persigue hasta sus repliegues más recónditos, compenetrándose con el sentir de quienes la ejercen o la padecen, sin alcanzar a reconocerla las más de las veces. O más precisamente: antes que la violencia misma, lo que los cuentos de "El Llano en llamas" ponen en escena suele ser ese oscuro y confuso bregar con su impronta en el sentir de quienes se vieron alguna vez envueltos en ella, sin advertir entonces su verdadero rostro.

Para mí, uno de los mejores libros de relatos que me acompaña desde hace años. Juan Rulfo nos lleva a esos paisajes ásperos, donde se vive casi por inercia, donde la resignación tiene raíces profundas, pero también la rebeldía se abre paso entre la aridez.




Sinopsis de la editorial Visor de Poesía:

Lo público y lo privado. Lo mítico y lo cotidiano. Del Gólgota a Sebrenica. El árbol de la esperanza en Kolimá. La ironía de la vida en unos poemas cercanos como el ronroneo de un gato. En Zonas comunes se pulsan las angustias del hombre que viaja a nuestro lado en el metro, de nosotros mismos, con el aquipaje cada vez más ligero de ilusiones. Con el número del escarnio del INEM grabado en el antebrazo como los mártires camino de la cámara de gas. A Cleopatra le queda muy justo el biquini y el hombre de Neandertal vuelve a ser derrotado mientras tararea una canción de Demis Roussos. Un mundo en bancarrota donde es todo posible, hasta  que Benito Arias Montano le dibuje una coreografía submarina a Esther Williams. Son todas esas cosas que irrumpen en la edad media de nuestras vidas. Cuando ya se empieza a estar hasta las trenzas. Y el Windows Vista no hace sino actualizar nuestras heridas.

La sinopsis no está a la altura de este poemario de Almudena Guzmán, así que no os dejéis guiar por lo que dice. En el blog tenéis algunos poemas de ella. Una gran poeta.