Ábreme,
te
dije,
ábreme
silente,
doliente
y ausente.
Ábreme
de
par en par
sabiendo
que soy brisa
y
déjame traspasar las eras,
los
misterios y las muertes.
Ábreme,
ahora, te dije.
Pero
solo el eco retumbó.
-Verónica
Calvo-