-Imagen Elena Baca-
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Allá a lo lejos,
donde la rompiente se
vuelve eco,
una silueta planea sobre
la sombra.
La tarde va muriendo
y se adorna con el rumor
de las olas.
Crece el azul oscuro en el
cielo
(hasta volverse tan profundo
como el océano).
Avanzas entre la espuma,
de este ocaso,
y te disuelves en la sal
que sobre las piedras,
reposa.
Es solo un recuerdo,
un momento que al instante
olvido.
Merece la pena volar al
lucero vespertino.
A lo lejos escucho
el eco, que deja la
rompiente,
contra las rocas.
-Verónica Calvo-