-Imagen: Duy Huynh-
Borrasca,
acaban luces
llenas de madrugadas,
fallecen
intactos combates y duelos,
de fondo el
nocturno tras los velos.
Se escapa,
un alma
herida, vulnerable y nítida,
se acomete y
rescata infinitos vuelos,
lluvias,
páramos, aquello que calla.
Y llegan,
paraísos
tras mil muertes y un comienzo,
altos como
nubes, livianos y libres,
afianzan
resplandores de ámbar y rocío.
Quedan,
al amparo de
unos versos de ceniza,
fuego y
calma, temple y silencio,
donde unen
albor a noche eterna.
Y son,
viento del
sur, vapor de agua y arena,
apenas dos
muros derruidos en el olvido,
y una
esperanza que arrulla en sus venas.
Verónica
Calvo
ISNI: 0000 0005 0390 9911
(Este poema
fue publicado en este blog el 2 de febrero de 2013)