30 de diciembre de 2015

Bécquer: Rima IV





No digáis que, agotado su tesoro, 
de asuntos falta, enmudeció la lira; 
podrá no haber poetas; pero siempre 
habrá poesía. 

Mientras las ondas de la luz al beso 
palpiten encendidas, 
mientras el sol las desgarradas nubes 
de fuego y oro vista, 
mientras el aire en su regazo lleve 
perfumes y armonías, 
mientras haya en el mundo primavera, 
¡habrá poesía! 

Mientras la ciencia a descubrir no alcance 
las fuentes de la vida, 
y en el mar o en el cielo haya un abismo 
que al cálculo resista, 
mientras la humanidad siempre avanzando 
no sepa a dó camina, 
mientras haya un misterio para el hombre, 
¡habrá poesía! 

Mientras se sienta que se ríe el alma, 
sin que los labios rían; 
mientras se llore, sin que el llanto acuda 
a nublar la pupila; 
mientras el corazón y la cabeza 
batallando prosigan, 
mientras haya esperanzas y recuerdos, 
¡habrá poesía! 

Mientras haya unos ojos que reflejen 
los ojos que los miran, 
mientras responda el labio suspirando 
al labio que suspira, 
mientras sentirse puedan en un beso 
dos almas confundidas, 
mientras exista una mujer hermosa, 
¡habrá poesía!




-Imagen tomada de la red-



26 de diciembre de 2015

Legado en los huesos




Sinopsis (contiene spoiler de “El guardián invisible”)


El juicio contra el padrastro de la joven Johana Márquez está a punto de comenzar. A él asiste una embarazada Amaia Salazar, la inspectora de la policía foral que un año atrás había resuelto los crímenes del llamado basajaun, que sembraron de terror el valle del Baztán. Amaia también había reunido las pruebas inculpatorias contra Jasón Medina, que imitando el modus operandi del basajaun había asesinado, violado y mutilado a Johana, la adolescente hija de su mujer. De pronto, el juez anuncia que el juicio debe cancelarse: el acusado acaba de suicidarse en los baños del juzgado. Ante la expectación y el enfado que la noticia provoca entre los asistentes, Amaia es reclamada por la policía: el acusado ha dejado una nota suicida dirigida a la inspectora, una nota que contiene un escueto e inquietante mensaje: «Tarttalo». Con una sola palabra, se destapará una trama sobrecogedora que envuelve a la inspectora hasta un trepidante final. Segunda parte de la Trilogía del Baztán.


“Tres crímenes inconexos llevados a cabo por tres torpes criminales en lugares distintos, y en todos se produce una amputación idéntica, en todos el miembro amputado desapareció de la escena, los tres asesinos se suicidaron en prisión o bajo custodia y los tres dejaron el mismo mensaje, un mensaje escrito en las paredes, excepto en el caso de Medina, que iba dirigido a ella y se lo entregó personalmente."

En "El guardián invisible" se resolvió el caso del asesino de adolescentes, pero quedaba por investigar quién cercena los brazos a las víctimas. 
La inspectora Salazar lo tiene difícil: ¿dónde están esos brazos amputados postmorten? ¿qué ha llevado al suicidio a los implicados en los asesinatos? ¿por qué la palabra Tarttalo aparece escrita en la pared de sus celdas? ¿existe un nexo con casos cerrados de violencia de género?
A esto se suma la profanación de una iglesia y un mairu-beso que tendrá una inquietante y oculta historia que desvelar.
Amaia tendrá que resolver este caso donde la mitología vuelve a cobrar vida y enfrentar sus terrores familiares, esta vez temiendo la proximidad del despiadado asesino, y sabiendo que la vida de su futuro hijo está en riesgo.

"¿Sabe?, ése es el problema, no aprendemos de la historia, las noticias dejan de serlo apenas unos días después de producirse, en ocasiones en horas, y todo parece del pasado en poco tiempo, pero olvidamos que si no le damos importancia porque ya pasaron, la mismas injusticias vuelven a repetirse una y otra vez."

Dolores Redondo nos sigue llevando a cada escenario urdido magistralmente con su buena descriptiva.
No pierde el hilo, no crea escenas de relleno, no abusa de palabrerío en diálogos ni narrativa.
Consigue atrapar al lector, que asiste invisible, a secretos, dudas, misterios...
En definitiva, una gran novela que no decae, bien estructurada y con el buen hacer de la autora para entretejer historias dentro de una gran historia.

Totalmente recomendada.

¿Habéis leído esta segunda parte? ¿Qué os ha parecido? ¿Pensáis leerla?

Nº de páginas: 560 páginas.
Encuadernación: Tapa blanda
Editorial: Destino
ISBN: 9788423347452
Precio: 18,50€


Mi opinión de El guardián invisible

21 de diciembre de 2015

Ya están aquí

Ya están aquí: aglomeraciones, atascos, prisas… Lo de todos los años, que no hay nada nuevo bajo el sol. A lo que voy, que ustedes tienen prisas con preparativos y ya que tienen la gentileza de leer, no es cuestión de entretenerles.
Siguen sin gustarme estas fiestas. Por coherencia son religiosas y todo lo religioso suele tener una raíz pagana.
¿Saben lo que significa el árbol adornado, los regalos bajo sus ramas y el calcetín colgado de la chimenea,—inciso para declararme enamorada de una buena chimenea y si la tienen, disfrútenla por mí—, que se llenan de dulces?
Pues yo se lo cuento:
En la noche de los tiempos, en ciertos países nórdicos, era costumbre buscar setas que crecían bajo los abetos o pinos. Estas setas eran amanitas muscarias. Las llevaban a sus casas y las secaban, dentro de calcetines, en las chimeneas. Aquí podemos hablar del conocido adviento. El caso es que se las regalaban en Navidad, que para ellos esta palabra no existía, claro.
Las consumían en comunidad y era como una comunión, un acto sagrado donde tenían revelaciones etcétera, etcétera, etcétera.
Así que ponemos el arbolito con sus adornos rojos y blanco (la Navidad más allá de modas en colores, es roja y blanca) y ya tenemos a la amanita como si nada y sin saberlo. Los regalos: otra vez la seta. Y el calcetín inocentemente camuflado con motivos navideños y, ya saben...
Y sobre los cimientos de la sagrada amanita ponemos el consumismo, porque pocas personas celebran la Navidad como lo que es.

Lo único que me «agrada» es reunirme con la familia, aunque las ausencias de lo que no están a la mesa, tiene un peso enorme. Pero la vida sigue.
Y qué bueno es regalar a las personas que realmente son importantes para mí.
Y no cualquier cosa, no, que pienso siempre en los gustos.Como lectora y escritora, busco y rebusco libros para todos.

No les aburro más. Dense por felicitados si les gustan estas fechas, y si no les gustan, paciencia, que todo pasa.

Les dejo un enlace del 2010 por si les apetece entretenerse un poco más: Doce mariposas.

Sean felices siempre.

-Imagen tomada de la red-


17 de diciembre de 2015

Titanic: la exposición



Interesante exposición sobre el famoso transatlántico británico que tanta literatura, canciones, películas y debates ha inspirado desde su hundimiento en 1912.

Podemos contemplar cerca de 200 objetos originales, algunos de ellos nunca expuestos, y entre los que se encuentra una pieza original que inspiró a James Cameron para crear la joya de ficción de Gerga Lindell, pasajera del Titanic,  y su anillo original. También relojes parados en la hora del hundimiento, documentos e imágenes originales cedidos por familiares de pasajeros, las cartas escritas por el primer oficial William Murdoch.

Fieles recreaciones de partes interiores del buque nos llevarán a recorrer un pasillo de primera clase para observar camarotes.

Un audio-guía con testimonios originales de pasajeros guía a los visitantes por los más de 1.500 metros cuadrados de la sala de exposiciones en este viaje al pasado. También conoceremos la concepción y construcción del Titanic hasta el estado actual de sus restos a casi cuatro kilómetros bajo el mar.

Sala de exposiciones Fernán Gómez, Centro Cultural de la Villa (Madrid)

Plaza de Colón, 4

Precios:

Lunes: 6€

Martes a viernes: 10 €

Sábado, domingo y festivos: 12€

Pack familiar: 37€

Grupos escolares: 5€

De 10:00 a 20:00 h. Los últimos visitantes en entrar pueden permanecer hasta las 21:30 h.


Hasta el 6 de marzo de 2016


13 de diciembre de 2015

Niebla


Avanza la niebla
imperiosa y decidida.
Traga el campo.
No hay paisaje.
Muro grisáceo,
sólido y vaporoso.
Roza mi cara
una nube desprendida
de su esencia.
Se deshilacha
como hebras
de algodón de azúcar.

Húmeda atmósfera
me rodea
con su manto.
Cuelgan leyendas
de sus jirones.
Son atávicas,
ancestrales y profundas.
Esta caricia fría
sobrecoge el alma.
Todo es denso. Nada se ve.
Todo lo traga. Me traga.

-Verónica Calvo-


-Imagen tomada de la red-

9 de diciembre de 2015

Almudena Guzmán: Nada




Nada.
No pegaba nada con tanta lluvia,
esa chaqueta de angorina rosa y botones de nácar
que él me regaló.

Tampoco encendimos una velita al apóstol,
porque un niño a nuestro lado acababa de darse un cabezazo
tremendo contra la pila bautismal,
y que hubo que consolarlo hasta que llegaron sus padres.

El museo nos desilusionó.
Yo me puse rara y él venga a mirar al cielo,
y al final un paseo dudosamente conciliador por los
soportales
-basta que a mí me hicieran gracia los punkies, para que
a él lo escandalizasen-,
después de mi vaso de leche y su maniática ginebra 
"MG con Schweppes de naranja, por favor".

Ah,
se me olvidaba contaros
que el frío fue la nota predominante del día
y que la noche, a pesar de todo, la pasamos juntos.

Espalda contra espalda.


-Almudena Guzmán-

-Imagen: Paula Bonet-

4 de diciembre de 2015

Carta a la RAE



Buenas noches RAE,
   A veces asisto atónita a sus recomendaciones. Ustedes, que tan defensores son de la lengua castellana, que no admiten palabras, o si lo hacen, es a regañadientes (ya les escribiré otra carta al respecto), no entiendo esta dejadez con las maravillosas tildes diacríticas que enriquecen nuestro idioma.
  Hay tildes necesarias para enfatizar. Lean lo siguiente:
 «Estaba solo esperando en la esquina».
 ¿Qué entienden por ese «solo»? ¿Esperaba solo, es decir, sin nadie, o solamente estaba esperando?
 «Mi hermano, el que vive en el este, me dio este regalo para ti. El mío es este».
Aquí no he tildado; lean ustedes y sitúense.

Sí, ya sé que en un contexto se entiende, pero perdónenme que insista: esas tildes diacríticas que recomiendan no utilizar, marcan la diferencia.
Sentiría mucho que acabáramos perdiendo las tildes diacríticas por «comodidad», que yo las aprendí en E.G.B y aquí me tienen: sin trauma alguno y feliz de conocerlas.

Pienso seguir con «sólo» y demás tildes diacríticas en pronombres que ustedes recomiendan no usar.
   Y cómo me digan que «la RAE dice que», contestaré que la RAE dice y desdice a su antojo.
   Sin más, reciban un cordial saludo.


Extraído de la RAE. No se pierdan el final:


[…}Sin embargo, ese empleo tradicional de la tilde en el adverbio solo y los pronombres demostrativos no cumple el requisito fundamental que justifica el uso de la tilde diacrítica, que es el de oponer palabras tónicas o acentuadas a palabras átonas o inacentuadas formalmente idénticas, ya que tanto solo como los demostrativos son siempre palabras tónicas en cualquiera de sus funciones. Por eso, a partir de ahora se podrá prescindir de la tilde en estas formas incluso en casos de ambigüedad. La recomendación general es, pues, la de no tildar nunca estas palabras. 
Las posibles ambigüedades pueden resolverse casi siempre por el propio contexto comunicativo (lingüístico o extralingüístico), en función del cual solo suele ser admisible una de las dos opciones interpretativas. Los casos reales en los que se produce una ambigüedad que el contexto comunicativo no es capaz de despejar son raros y rebuscados, y siempre pueden evitarse por otros medios, como el empleo de sinónimos (solamente o únicamente, en el caso del adverbio solo), una puntuación adecuada, la inclusión de algún elemento que impida el doble sentido o un cambio en el orden de palabras que fuerce una única interpretación.