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9 de febrero de 2024

Baudelaire: Los beneficios de la Luna

                                                                 -Imagen tomada de la red-

La luna, que es el capricho mismo, se asomó por la ventana mientras dormías en la cuna, y se dijo: «Esta criatura me agrada.»

Y bajó muellemente por su escalera y pasó a través de los cristales. Luego se tendió sobre ti con la textura flexible de una madre, y depositó en tu faz sus colores. Las pupilas se te quedaron verdes y las mejillas suavemente pálidas. De contemplar a tal visitante, se te agrandaron de manera rara los ojos, tan tiernamente te apretó la garganta, que te dejó para siempre ganas de llorar.

Entretanto, en la expansión de su alegría, la Luna llenaba todo el cuarto como una atmósfera fosfórica, como un veneno luminoso; y toda aquella luz viva estaba pensando y diciendo: «Eternamente has de sentir el influjo de mi beso. Hermosa serás a mi manera. Querrás lo que yo quiera y yo lo que me quiera a mí: al agua, a las nubes, al silencio y a la noche; al mar inmenso y verde; al agua informe y multiforme; al lugar en que no estés; al amante que no conozcas; a las flores monstruosas; a los perfumes que hacen delirar; a los gatos que se desmayan sobre los pianos y gimen como mujeres, con voz ronca y suave.

«Y serás amada por mis amantes, cortejada por mi cortesanos. Serás reina de los hombres de ojos verdes a quienes apreté la garganta en mis caricias nocturnas; de los que quieren al mar inmenso, tumultuoso y verde; al agua informe y multiforme, al sitio en que no están, a la mujer que no conocen, a las flores siniestras que parecen innecesarios de una religión desconocida, a los perfumes que turban la voluntad y a los animales salvajes y voluptuosos que sin emblema de su locura.»

Y por todo esto, niña mimada, maldita y querida, estoy ahora tendido a tus pies, buscando en toda tu persona el reflejo de la terrible divinidad, de la fatídica madrina, de la nodriza envenenadora de todos los lunáticos.

 -Charles Baudelaire-

(De Poemas en prosa, o El spleen de París)


29 de noviembre de 2022

Baudelaire: Un hemisferio en una cabellera

-Imagen tomada de la red-

 

Déjame respirar mucho tiempo, mucho tiempo, el olor de tus cabellos; sumergir en ellos el rostro, como hombre sediento en agua de manantial, y agitarlos con mi mano, como pañuelo odorífero, para sacudir al aire.

¡Si pudieras saber todo lo que veo! ¡Todo lo que siento! ¡Todo lo que oigo en tus cabellos! Mi alma viaja en el perfume como el alma de los demás hombres en la música.

Tus cabellos contienen todo un ensueño, lleno de velámenes y mástiles; contienen vastos mares, cuyos monzones me llevan a climas de encanto, en que el espacio es más azul y más profundo, en que la atmósfera está perfumada por los frutos, por las hojas y por la piel humana.

En el océano de tu cabellera entreveo un puerto en que pululan cantares melancólicos, hombres vigorosos de toda nación y navíos de toda forma, que recortan sus arquitecturas finas y complicadas en un cielo inmenso en que se repantiga el eterno calor.

En las caricias de tu cabellera vuelvo a encontrar las languideces de las largas horas pasadas en el diván, en la cámara de un hermoso navío, mecidas por el balanceo imperceptible del puerto, entre macetas y jarros refrescantes.

En el ardiente hogar de tu cabellera respiro el olor del tabaco mezclado con opio y azúcar; en la noche de tu cabellera veo resplandecer lo infinito del azul tropical; en las orillas vellosas de tu cabellera me emborracho con los olores combinados del algodón, del almizcle y del aceite de coco.

Déjame morder mucho tiempo tus trenzas, pesadas y negras. Cuando mordisqueo tus cabellos elásticos y rebeldes me parece que como recuerdos.

-Charles Baudelaire-

(De Poemas en prosa, o El spleen de París)

8 de febrero de 2021

Sam Shepard: Crónicas de motel 25/7/81

                                                    -Imagen tomada de la red-


sudan y se llaman «cariño» el uno al otro
contratan adivinas que mienten
enmarcan fotos de los niños a los que han mandado lejos
tutean al viejo camarero negro
contratan orquestas de R & B descafeinadas y les piden que toquen
                                                                   con guitarra acústica
ponen expresiones ceñudas si alguien habla de bañarse desnudo
se confiesan ante todo aquel que quiera escucharles
todos tienen su «más antiguo y querido» amigo
que generalmente es aquel con quien más se han confesado
detestan que les digan «feliz cumpleaños»
les encanta que haga tantísimo tiempo que no se habían visto
inmediatamente se van con el siguiente
su soledad está cubierta de muecas sonrientes
su soledad se ahoga bajo un círculo de «amistades»

 

-Sam Shepard-

 25/7/81

Hollywood, Ca

(De Crónicas de motel)



23 de septiembre de 2020

Sam Shepard: de Crónicas de motel

                                                               -Imagen tomada de la red-

Esta noche alejo de mí a todo el mundo. Lo he hecho durante todo el día, pero esta noche sigo haciéndolo hasta con virulencia. He acampado junto a mi ventana favorita y por mucho que toquen armónicas, por mucho que oiga entrechocar los platos, risas y voces de otras habitaciones de esta casa, nada me arrancará de aquí. Lo que verdaderamente ansío es el momento en el que se desvanece el día. Coches que acaban de encender los faros. Lechuzas tanteando el terreno. Este ataque de malevolencia se desvanece poco a poco cuando se hace verdaderamente de noche.

   Siempre me pongo raro con el Veranillo. Ya lo he notado otras veces. Mi organismo entero se siente estafado. Justo cuando el cuerpo empezaba a enamorarse de las doradas hojas de Chopo que caían planeando. Del olor de la leña de Madroño quemándose. El Veranillo desgarra de parte a parte el salvaje encanto del Otoño.

   No tengo ganas de rondar por ahí quitándome hasta la camisa. Lo que quiero son gruesas capas de mantas canadienses y un buen fuego. Y perros. Y noches frías, frías.

 -Sam Shepard-

 22/9/80

Santa Rosa, Ca

(De Crónicas de motel)


28 de mayo de 2016

Héroes y villanos

-Imagen: Natalie Shau-

En todo corazón humano hay un cielo y hay un infierno. En el cielo, supuestamente, somos seres de luz: héroes; en el infierno, nuestros propios antagonistas: villanos. Pero en el día a día, vivimos con una tercera persona que ni es tan luz ni es tan antagonista, y a la que llamamos «yo».

  En realidad, sabemos tan poco de nuestro ser de luz como de nuestro antagonista. Normalmente solo se dejan ver el héroe o el villano en circunstancias extraordinarias. Y tampoco siempre.

  Pero esto no es todo. La cosa se complica cuando entran «los demás»; es decir, los que nos rodean y a los que rodeamos, que por supuesto, vienen con su tercero incorporado: su héroe ser de luz, su villano antagonista, y él, o ella. De modo que cuando hablamos con una persona podríamos decir que no somos dos los personajes que estamos interactuando si no seis en realidad. Imagina en una reunión, o en el metro o en un estadio de fútbol. Y eso sin contar con las personalidades múltiples, que las hay.

  El hecho es que desde el principio de los tiempos humanos, el cielo y el infierno, han estado en permanente lucha, y que su campo de batalla, hemos sido, somos y seremos, nosotros… O nuestro corazón.


-Texto del programa de radio “Negra y criminal”, 
presentado y dirigido por Mona León Siminiani.-


8 de abril de 2014

Lao Tse: 45


45

   Si corriges tu mente, el resto de tu vida se armonizará.
   Esto es así porque la mente es el aspecto que rige la vida humana.
   Si el río fluye con claridad y limpieza a través del cauce apropiado, todo estará bien a lo largo de sus riberas.

   El Camino Integral depende de la disminución, no del argumento:
   Para corregir tu mente, confía en el no hacer.
   Deja de pensar en complicaciones y de aferrarte a ellas.
   Conserva tu mente despegada y plena.
   Elimina la opacidad y la oscuridad mental.
   Mantén tu mente clara como el cristal.
   Evita fantasear y deja que emerja tu pura percepción interior.
   Calma tus emociones y mora en la serenidad.
   No te afanes en la adoración de ídolos, imágenes e ideas; sería como poner una nueva cabeza sobre la que ya tienes.


   Recuerda: si puedes cesar toda tu inacabable actividad, aparecerá tu naturaleza integral.

Lao Tse  

(Hua Hu Ching -81 meditaciones taoístas-)

-Imagen: DuyHuynh-

9 de marzo de 2014

Aplausos


   El aplauso es por lo general una recompensa de lo ignoto. Puede sonar aislado o como un coro imponente de palmas. Sobreviene como el ámbar y a veces tiene color de profecía. Puede ser una peligrosa tentación o también un azoro de la humildad.
   Cuando provoca jaqueca o dolor de garganta, es porque no estamos preparados para el rito.
   Si el aplauso es un alrededor, vale la pena alzar el vuelo. No para siempre, por un rato, medir de lejos la eclosión, sin repentina vanidad y sin falsa modestia.
   Como el aplauso viene de las sombras hay que pensar por qué. De todos modos uno los colecciona: cuelga algunos en el corazón y otros en el perchero.
   El aplauso puede ser un mensaje, un empeño, un galardón, pero también una lástima, un golpe de ironía. Puede venir de tres amigos generosos o de un estadio repleto.

   De todos modos, hay que aprender a vivir sin aplausos, o sólo con el aplauso de la conciencia espontánea y veraz.

20 de febrero de 2014

Tagore: El jardinero


5

Inquieto estoy y sediento de cosas lejanas, y el alma se me abre en un anhelo de llegar al fin de las remotas vaguedades. Y tu flauta me llama penetrante, ¡oh más allá sin nombre!, y yo me olvido de que estoy sin alas, preso en esta cárcel para siempre.
   Ando ansioso y desvelado; como un extranjero soy, en tierra dura. Tu aliento me llega, susurrando en su lengua que mi corazón entiende como suya, una esperanza imposible. Y tu flauta me llama, penetrante, ¡oh secreto lejano!, y yo me olvido de que no sé la senda, de que el alado corcel no está conmigo.
   Desganado, voy peregrinando por mi propio corazón. En la niebla soleada de las horas lánguidas, ¡qué inmensa visión de ti se alza en el azul del cielo! Y tu flauta me llama penetrante, ¡oh último fin!, y yo me olvido de que esta casa en que vivo sólo tiene cerradas todas sus puertas.


-El jardinero-

Imagen: Elena Dudina

19 de diciembre de 2013

El Arte de la Paz



“El Arte de la Paz no se apoya en armas ni en la fuerza bruta para triunfar; en lugar de eso nos afinamos con el universo, mantenemos la paz en nuestros ámbitos, nutrimos la vida y evitamos la muerte y la destrucción. El verdadero significado de la palabra samurai es aquel que sirve y adhiere al poder del amor.”

     “Herir un oponente
     es herirte a ti mismo.
     El Arte de la Paz es
     controlar la agresión
     sin producir daños.”

“Si tu oponente te ataca con fuego, responde con agua, hazte totalmente móvil y de libre fluir. El agua, por su naturaleza, nunca choca con nada ni se quiebra. Por el contrario, absorbe todo ataque y queda indemne.”
    
    “Brota de la Gran Tierra;
     álzate como las Grandes Olas;
     enraízate como un árbol, descansa como
     una roca;
     usa el Uno para atacar Todo.
     ¡Aprende y olvida!”

“Cada día de la vida humana contiene ira y alegrías; dolor y placer; luz y oscuridad; crecimiento y decadencia. Cada momento está marcado con el gran propósito de la naturaleza; no trates de oponerte o negar el orden cósmico de las cosas.”

     “Practica siempre el
     Arte de la Paz con
     vitalidad y alegría.”

“Cuando se adelanta un oponente, enfréntalo y salúdalo; si intentara retroceder, déjalo seguir su camino.”



Morihei Ueshiba


“El Arte de la Paz”





17 de noviembre de 2013

La mano


  Un joven le pidió la mano de su hija y la recibió en una caja; era su mano izquierda.
  PADRE: Me pediste su mano y ya la tienes. Pero en mi opinión, querías otras cosas y las tomaste.
   JOVEN: ¿Qué quiere usted decir con eso?
   PADRE: ¿Tú qué crees que quiero decir? No me negarás que soy más honrado que tú, porque tú cogiste algo de mi familia sin pedirlo, mientras que cuando me pediste la mano de mi hija, yo te la di.
   En realidad, el joven no había hecho nada deshonroso. Simplemente, el padre era suspicaz y mal pensado. El padre consiguió legalmente hacer responsable al joven del mantenimiento de su hija y le exprimió económicamente. El joven no pudo negar que tenía la mano de la hija... aunque desesperado, la había enterrado ya, después de besarla. Pera la mano iba para dos semanas.
   El joven quería ver a la hija, e hizo esfuerzo, pero se encontró bloqueado por los comerciantes que la asediaban. La hija había firmado cheques con la mano derecha. Lejos de haberse desangrado, estaba lanzada a toda marcha.
   El joven anunció en los periódicos que ella había abandonado el domicilio conyugal. Pero tenía que probar que lo hubiera compartido antes. Aún no era “un matrimonio”, ni en le juzgado ni por la iglesia. Sin embargo, no había duda de que él tenía su mano y había firmado un recibo cuando le entregaron el paquete.
   —Su mano, ¿para qué? —preguntó el joven a la Policía, desesperado y sin un céntimo—. Su mano está enterrada en mi jardín. Usted cortado la mano
   —¿Es que, encima, es un criminal? No solamente desordenado en su manera de vivir, sino, además, un psicópata. ¿No le habrá usted cortado la mano a su mujer?
   —¡No! ¡Y ni siquiera es mi mujer!
   —¡Tiene su mano, pero no es su mujer! —se burlaron los hombres de la ley—. ¿Qué podemos hacer con él? No es razonable, puede que incluso esté loco.
   —Encerradle en un manicomio. Además, está arruinado, por lo tanto tendrá que ser en una institución del Estado.
   Así que encerraron al joven, y una vez al mes, la chica cuya mano había recibido venía a mirarle a través de la alambrada, como una esposa sumisa. Y, como la mayoría de las esposas, no tenía nada que decirle. Pero sonreía dulcemente. El trabajo de él comportaba una pequeña pensión que ella cobraba ahora. Ocultaba su muñón en un manguito.
   Debido a que el joven llegó a estar tan asqueado de ella que no podía ni mirarla, le trasladaron a una sala más desagradable, privado de libros y de compañía, y se volvió loco de verdad.
   Cuando se volvió loco, todo aquello que le había sucedido, el haber pedido y recibido la mano de su amada, se le hizo inteligible. Comprendió la horrible equivocación, crimen incluso, que había cometido al pedir algo tan bárbaro como la mano de una chica.
   Habló con sus captores, diciéndoles que ahora comprendía su error.
   —¿Qué error? ¿Pedir la mano de una chica? Lo mismo hice yo cuando me casé.
   El joven, sintiendo entonces que estaba loco sin remedio, puesto que no podía establecer contacto con nada, se negó a comer durante muchos días y, al fin, se tumbó en la cama de cara a la pared y murió.


(“Pequeños cuentos misóginos”)

-Imagen: Francis Bacon-

20 de octubre de 2013

El mercader de Venecia





Él me había avergonzado y perjudicado en medio millón, se rió de mis pérdidas y burlado de mis ganancias. Despreció a mi nación, desbarató mis negocios, enfrió a mis amigos y calentó a mis enemigos; ¿y cuál es su motivo?: "Soy un judío".
¿Es que un judío no tiene ojos? ¿Es que un judío no tiene manos, órganos, proporciones, sentidos, afectos, pasiones? ¿Es que no se alimenta de la misma comida, herido por las mismas armas, sujeto a las mismas enfermedades, curado por los mismos medios, calentado y enfriado por el mismo verano y por el mismo invierno que un cristiano? 
   Si nos pincháis, ¿no sangramos? Si nos hacéis cosquillas, ¿no nos reímos? Si nos envenenáis, ¿no nos morimos? Y si nos ultrajáis, ¿no nos vengaremos? Si nos parecemos en todo lo demás, nos pareceremos también en eso. Si un judío insulta a un cristiano, ¿cuál será la humildad de éste? La venganza. Si un cristiano ultraja a un judío, ¿qué nombre deberá llevar la paciencia del judío, si quiere seguir el ejemplo del cristiano?  Pues la venganza.
   La villanía que me enseñáis la pondré en práctica, y malo será que yo no sobrepase la instrucción que me habéis dado.


W. Shakespeare


Monólogo extraído de "El mercader de Venecia" en la voz de "Shylock"
Acto III. Escena I
Escrito entre 1596 y 1598. Publicado en 1600.

(Imagen tomada de la red)