Tavira romana, cruzo el puente
y me adentro en tu alma.
Tavira la bella, única y fragante.
Paseo tus calles, sonrío errante.
Algarveño aire,
esencia de reminiscencia.
Eres, Tavira de mis pasiones,
suspiros de poemas olvidados,
refugio de esquivas soledades
y de añejos fados nostálgicos.