-Imagen David Ho-
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Me
despertó mi hija:
—¡Mamá…
mamá!
Acudí a
su habitación, encendí la luz y la vi, abrazada a su osito muy asustada:
—¡Hay
una niña debajo de mi cama!
Hacía semanas
que no tenía esta pesadilla. No pude evitar sonreír cuando repetí la puesta en
escena: acariciar la carita de mi hija, llevarme el dedo índice a los labios,
arrodillarme despacio y levantar las mantas para mirar.
Entonces…
—Por
favor, señora, haga algo... ¡Hay una niña en mi cama!
-Verónica
Calvo-
11 comentarios:
Jo...
Terrorífico...
Ufffffffffffffffff
Besos.
Hola Verónica, buena respuesta a la pesadilla de la pequeña, igual que un juego para ella.
Un abrazo.
es cierto , siempre ocurre , pero los adultos no nos creen
al final me hice amiga de la niña que asomaba bajo la mía hace ya muchos años
abrazos
¡Uff!
Muy bueno.
Un beso, querida Verónica.
Pensado en frío da miedo y cuando se está viviendo se pasa muy mal, menos mal que los sueños van pasando al limbo, que si no...
Besos
Me recordaste el Erase una vez de J.A. Goytisolo...
Hay que darle la vuelta a las pesadillas, para hacerlas sueños...
En eso consistirá el cuento?
;)
Besos relax, preciosa.
Sólo quien escribe poemas puede destilar un gran relato en tan breve espacio. Y tan estremecedor. Con las palabras justas.
Espectacular, Vero, creo que toca a la mamá hacer algo por las dos niñas, ufffffff.
Abrazos y lindo inicio de semana
Siempre hay algo bajo la cama.
Besos Vero:))
muy bueno el minirelato.
Genial desenlace,para no dormir en un año...:)
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