se hizo espuma.
Un borbotón rojo
asoló el corazón.
Y se hizo playa,
arena blanca,
inmensidad azul.
Una gaviota
voló libre entre sus venas.
Adornó el olvido
con un caracol de nácar.
Y se entregó,
gozosa de su causa,
al viento mistral
que en sus cabellos jugaba.
La sangre –otra vez la sangre-,
se hizo océano…
¡Qué éxtasis lleva la plenitud
del último momento!
-Verónica Calvo-
(De Agua)
-Imagen tomada de la red-
16 comentarios:
Me ha inquietado su lectura. Reflexionar sobre tus letras nunca deja insensible.
La sangre que desborda las venas del alma.
Un abrazo.
Muy hermoso, casi se puede sentir la playa, la arena blanca, el mar azul fundiéndose con un cielo limpio, la brisa suave... Las palabras casi transportan hasta ese mágico lugar.
Saludos.
Joder... qué bueno!!!
Aplausos.
Y besos.
Un poema realmente precioso, me ha encantado. Un saludo!!
Un uso de metáforas muy bien conjugadas.
Precioso poema.
Mil besitos.
Un paisaje onírico para seguir perdiéndose en la vigilia, conscientemente. Me parece de tus poemas con imágenes más contundentes. Me gusta que además de escribir bien, también sorprendas. Saludos
Me parece un poema de lo más bonito.
Un beso.
Sí, qué bueno es, me encanta.
Un beso, querida Verónica.
Todavía tengo pendiente este poemario.
Me toca, tanto como las olas del mar, su espuma y la sangre que busca su recorrido, donde busca la mirada, y un poco me recuerdas dos cosas.
Alfonsina Storni y yo misma en la playa, cuando el mar me escucha.
Ay, Verito, Verito, escribes tan bello.
Besos
Paseamos nuestra sangre, fiel compañera en nuestras vidas, Vero.
Y que tengamos la suerte de que no nos falle nunca.
Le vi dos lecturas... la petite mort, en el éxtasis, y la vida fluyendo entre la espuma de ese devenir que hasta la muerte conduce.
Muy bello, sí.
Un beso, Verónica.
Increíble poema. Increíble estilo.
Me recuerda al nacimiento de Afrodita, que surgió de la espuma de mar... siempre y cuando a raíz del dolor de Urano.
Energía vital. Mágica y poderosa.
El Alma se vuelve azul cuano la secillez del amor vive.
Un Abrazo.
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