30 de junio de 2014

El sabor de las cerezas



Vivía en lo más profundo del frío bosque, en un lugar inaccesible, no lejos de un río.
   Por propia voluntad se había alejado de todos y todo a la edad de veinticinco años.
   No era un hombre huraño, no era un misántropo, era un hombre solitario y desencantado. Nada más.
   El bosque le proporcionaba aquello que necesitaba, pero Martín, a sus ochenta y cinco años, seguía añorando el sabor de las cerezas.
   Una mañana salió en su ronda habitual para revisar cepos y le pareció ver a una joven entre los árboles. Fijó su mirada pero no vio nada. Pensó que las cataratas que nublaban sus ojos le habían jugado una mala pasada entre la luz y la sombra.
   Pero era tan real… No dándole más importancia, prosiguió su camino.
   Atardecía cuando regresó a su cabaña, y para su sorpresa, encontró a una joven sentada bajo el árbol donde él solía contemplar la puesta del sol.
   —Hola.
  Los dedos de Martín, instintivamente, se cerraron sobre el mango de su machete.
  —Hola –respondió el anciano dejando traslucir un tono de inquietud.
  La joven percibió el nerviosismo de Martín, y sin levantarse, y enseñando sus manos, dijo:
  —Llevo una semana recorriendo estos bosques. Tuve un accidente y perdí mis provisiones. De hecho perdí mi mochila y no tengo nada.
   Martín entrecerró los ojos pero no puedo distinguir signos de un accidente. Pensó que lo mejor era sacársela de encima cuanto antes y estar prevenido.
   —No se le niega agua al sediento. Espérame aquí.
   Se dio toda la prisa que pudo para entrar en la cabaña, sin perder de vista la puerta, sumergió la cantimplora en la cuba, y salió ofreciéndosela. La joven la tomó y bebió hasta saciar su sed. Le miró a los ojos, y sonriendo, dijo:
   —He sido muy osada al lanzarme a estos bosques sin más compañía que una mochila, un mapa y una brújula.
   —¿Te has perdido? –Inquirió el anciano frunciendo el ceño.
   —No. He ido dejando señales por el camino. No me resultará difícil volver a la civilización. No tengo mal sentido de la orientación.
   Calló. Ambos se miraron en silencio un buen rato.
   —Bueno, -dijo la muchacha poniéndose en pie y acercándose para devolverle la cantimplora- será mejor que me marche. He de buscar un refugio para la noche.
   Y sin más, comenzó a caminar hasta perderse de vista. Martín se quedó en un estado de alerta que le sobrecogía.

Pasaron dos semanas cuando volvió a encontrarse con la joven, esta vez en el río. Se saludaron. Martín seguía en estado de alerta, pues hacía tanto que no tenía contacto con otro ser humano, que no podía evitar pensar en un peligro. Pero había algo en aquella joven que a la vez le tranquilizaba.
   Martín lanzó su hilo con un anzuelo al agua y de tanto en tanto miraba a la joven. Ella, tranquila, disfrutaba del sol y el frescor del agua metiendo sus pies en ella. Martín no podía evitar pensar que tal vez se había perdido y no quería decirlo. La observaba. Se sorprendió a sí mismo diciendo mientras cargaba el pescado:
   —Muy bien, jovencita, si quieres comer pescado tendrás que ayudarme a llevarlo y prepararlo.
   La muchacha pareció encantada, tomó el pescado entre sus manos y siguió al anciano entre los árboles. Martín no salía de su asombro por la invitación. Volvió a aferrar el machete disimuladamente.

 Mucho podría contaros de las semanas que siguieron a aquel encuentro en el río, pero sería tedioso. Lo importante realmente, es que la joven se iba de la cabaña con el ocaso y volvía a la mañana siguiente. Así fueron conociéndose algo. Martín se relajó y la muchacha le ayudaba en sus quehaceres.
   Una tarde la joven le preguntó que echaba de menos y él, sin dudarlo, dijo:
   —El sabor de las cerezas.
   Ambos callaron.

Pasó una semana sin que la joven apareciera por la cabaña de Martín. El anciano al principio se preocupó, pero comprendió que ella, no era alma de bosque y que habría vuelto a su hogar.
   No le dio más importancia y siguió con su vida, aunque de vez en cuando se sorprendía mirando alrededor por si volvía.
   Doce días más pasaron. Ya Martín no esperaba verla, pero al volver del río, vio a la joven sentada bajo el árbol con algo en sus rodillas.
   Ambos se alegraron y la joven corrió con una inmensa sonrisa en los labios hacia el anciano.       
    —¡Martín, le he traído una tarta de cerezas hecha por mí! Espero que le guste.
   El anciano no podía apenas contener las lágrimas. Por su regreso, por esa tarta de cerezas, por cada año de soledad, por toda una vida.
   Pasaron a la cabaña y dieron buena cuenta de la tarta. No hay palabras para expresar la felicidad que Martín sintió degustando cada cereza de aquella exquisitez.
   —Gracias, muchacha. Me has hecho feliz.-Dijo Martín con voz pausada
   —Me alegra. –Dijo la joven levantándose y acercándose al anciano.- Ahora, has de venir conmigo, Martín, no temas…
   Y tomándole con cariño la cara, le besó ambas mejillas.
   Martín murió en paz.
  
Verónica Calvo

-Imagen: Sirius-

26 de junio de 2014

Romance de la luna, luna


La luna vino a la fragua 
con su polisón de nardos. 
El niño la mira mira. 
El niño la está mirando. 

En el aire conmovido 
mueve la luna sus brazos 
y enseña, lúbrica y pura, 
sus senos de duro estaño. 

Huye luna, luna, luna. 
Si vinieran los gitanos, 
harían con tu corazón 
collares y anillos blancos. 

Niño déjame que baile. 
Cuando vengan los gitanos, 
te encontrarán sobre el yunque 
con los ojillos cerrados. 

Huye luna, luna, luna, 
que ya siento sus caballos. 
Niño déjame, no pises, 
mi blancor almidonado. 

El jinete se acercaba 
tocando el tambor del llano. 
Dentro de la fragua el niño, 
tiene los ojos cerrados. 

Por el olivar venían, 
bronce y sueño, los gitanos. 
Las cabezas levantadas 
y los ojos entornados. 

¡Cómo canta la zumaya, 
ay como canta en el árbol! 
Por el cielo va la luna 
con el niño de la mano. 

Dentro de la fragua lloran, 
dando gritos, los gitanos. 
El aire la vela, vela. 
el aire la está velando.


Federico García Lorca

-“Romancero gitano"-

(Imagen tomada de la red)

21 de junio de 2014

Nuestro vértice

Dorado vértice
donde el salitre habita,
se hace ovillo,
luz de primavera
y salto de espuma.
En él colgamos
con las manos unidas,
la mirada reflejada
en tu pupila y la mía,
siendo pleamar
y plenilunio de caricias.
Vértice en vertical,
a tu piel dos estrellas,
a la mía, una lluvia de cometas.
Prende una luna de mi pelo
y deja que abrace tus estíos.


Verónica Calvo


-Imagen tomada de la red-

16 de junio de 2014

Isabel Allende: El juego de Ripper



  Sinopsis:

   Tal como predijo la astróloga más reputada de San Francisco, una oleada de crímenes comienza a sacudir la ciudad. En la investigación sobre los asesinatos, el inspector Bob Martín recibirá la ayuda inesperada de un grupo de internautas especializados en juegos de rol, Ripper.

Y empieza así:

 « “Mi madre todavía está viva, pero la matarán el Viernes Santo a medianoche”, le advirtió Amanda Martín al inspector jefe y éste no lo puso en duda, porque la chica había dado pruebas de saber más que él y todos sus colegas del Departamento de Homicidios. La mujer estaba cautiva en algún punto de los dieciocho mil kilómetros cuadrados de la bahía de San Francisco, tenían pocas horas para encontrarla con vida y él no sabía por dónde empezar a buscarla. »

   Mi opinión:

   Bajo el título “El juego de Ripper”, Isabel Allende se estrena en la novela policíaca. La autora ha manifestado en entrevistas que abordó este reto como una burla, y que para ello, leyó varias novelas de este género tan apartado del suyo. Hay muchas entrevistas en la red, por si queréis saber más del proceso creativo que Allende llevó a cabo.
  Esta novela tiene el sello de Allende: personajes bien perfilados, nos adentra en sus vidas de manera magistral, imaginación, mantiene el interés y como no, su forma de narrar, tan “Allende”.
   Siendo una de mis escritoras favoritas, he de decir, que no me ha calado esta novela.
   Me atrapó la historia de los personajes, sus vidas, sus perfiles, la relación entre ellos. Pero tuve la sensación de que la novela termina de forma apresurada al resolver la trama de los asesinatos.

   ¿Habéis leído esta novela? ¿Qué os ha parecido? (sin spoilers, por favor).
   De no haberlo hecho, ¿pensáis leerla?

Plaza & Janés
Cartoné
478 páginas
ISBN 978-84-01-34215-8
Precio: 22,90 €

11 de junio de 2014

Duerme tranquilo



Dijiste la palabra que enamora
a mis oídos. Ya olvidaste. Bueno.
Duerme tranquilo. Debe estar sereno
y hermoso el rostro tuyo a toda hora.

Cuando encanta la boca seductora
debe ser fresca, su decir ameno;
para tu oficio de amador no es bueno
el rostro ardido del que mucho llora.

Te reclaman destinos más gloriosos
que el de llevar, entre los negros pozos
de las ojeras, la mirada en duelo.

¡Cubre bellas víctimas el suelo!
Más daño al mundo hizo la espada fatua
de algún bárbaro rey Y tiene estatua.

Alfonsina Storni

(Imagen: Brooke Shaden)


6 de junio de 2014

Soliloquio


Soliloquio,
velas y noche.
Flota en el aire
el pensamiento
abrazado a la calma.
Penumbra que oscila
entre velos y desvelos.
Silencio.
Encuentro interno,
donde se unen
la voz interior
y el deseo
de escucharla.
Soliloquio:
fundido sutil
de conciencia y materia.

Verónica Calvo                                       


1 de junio de 2014

Feria del Libro de Madrid y un Haiku






 Y para celebrarlo, un Haiku:
   

Feria del libro
huele a tinta y flores
fiesta de letras


   El pasado día 30 de mayo se inauguró la 73ª Feria del Libro de Madrid. Nos dimos un paseo por la tarde por las más de 360 casetas. Cuando llegamos había poco público, pero se fue animando según transcurría la tarde.
   Muchos autores firmando, niños encaramados sobre libros disfrutando de sus dibujos, actividades, compras (nosotros también), puestos de helados (os recomiendo el de Magnum), terrazas donde hacer un alto para reponer fuerzas, y como no, la belleza del parque del Retiro como marco.

  Del 30 de mayo al 15 de junio
  De lunes a viernes: 11:00 a 14:00 - 18:00 a 21:30
  De sábados, domingos y festivos: 11:00 a 15:00 - 17:00 a 21:30



   Aquí podéis informaros sobre todo lo que os interese de la Feria.

  -Imagen manipulada tomada de la red-

26 de mayo de 2014

Desafío a la vejez


Cuando yo llegue a vieja
-si es que llego-
y me mire al espejo
y me cuente las arrugas
como una delicada orografía
de distendida piel.
Cuando pueda contar las marcas
que han dejado las lágrimas
y las preocupaciones,
y ya mi cuerpo responda despacio
a mis deseos,
cuando vea mi vida envuelta
en venas azules,
en profundas ojeras,
y suelte blanca mi cabellera
para dormirme temprano
-como corresponde-
cuando vengan mis nietos
a sentarse sobre mis rodillas
enmohecidas por el paso de muchos inviernos,
sé que todavía mi corazón
estará -rebelde- tictaqueando
y las dudas y los anchos horizontes
también saludarán
mis mañanas.


Gioconda Belli  

-Imagen: Saturno Butto-

21 de mayo de 2014

AVL, a verso libre, y un soneto



Quiero compartir con vosotros un pequeño poemario mío llamado “AVL, a verso libre, y un soneto”.

Podéis leerlo aquí:


Espero que os guste.



Gracias


15 de mayo de 2014

En la playa




El rumor de las olas
susurra una esperanza
Lejos la borrasca
se columpia entre dos aguas.
Una transparente incógnita
sobrevuela la mar de plata.
Hay algodón en el aire,
humo y olor a infancia.
Acuden dos estrellas
y un caracol que habla.
Apenas un recuerdo confundido
entre salitre y algas.
¡Ya viene el plenilunio!
-y las sirenas lo cantan.
Las olas susurran
rompiendo el ritmo del agua.
Viento fresco, relente de madrugada.
…Allá quedan los secretos,
en la arena de la playa.

Verónica Calvo

-Imagen tomada de la red-

7 de mayo de 2014

Mayúscula y minúscula

  


  Muchas veces he visto nombres de meses, días y estaciones del año, así como otras palabras, escritas en mayúsculas, por ejemplo, tiempo.
   Reconozco que a veces lo hago, sobre todo en poesía, para dar peso a la palabra, para que destaque en su importancia, para diferenciar esa palabra común dentro de un contexto.

   Pero, ¿qué dice la RAE?

   “Salvo que la mayúscula venga exigida por la puntuación (a comienzo de texto o después de punto), los nombres de los días de la semana, de los meses y de las estaciones del año se escriben en español con minúscula inicial:
Nació el pasado martes, 22 de noviembre.
En Caracas, a 6 de mayo de 2005.
Esta primavera ha llovido mucho.
Solo se inician con mayúscula cuando forman parte de nombres que exigen la escritura de sus componentes con mayúscula inicial, como ocurre con los nombres de festividades, fechas o acontecimientos históricos, vías urbanas, edificios, etc.: Viernes Santo, Primavera de Praga, plaza del Dos de Mayo, Hospital Doce de Octubre.

   Vosotros, ¿seguís esta norma de la RAE? ¿Por qué lo hacéis, o no lo hacéis? ¿Consideráis una falta de ortografía hacerlo?
   Por favor, argumentad si os apetece.


-Texto extraído de la RAE-

-Imagen tomada de la red-

3 de mayo de 2014

Principios y finales


Un tiempo fui una chica con futuro.
Podía leer a Horacio y a Virgilio en latín
y recitar a Keats completo de memoria.
Al entrar en sus cuevas, los adultos
me capturaron: comencé a parir
hijos de un hombre estúpido y creído.
Ahora cuando puedo lleno el vaso
y lloro al recordar algún verso de Keats.
Una no sabe, cuando es joven,
que no hay lugar alguno
donde poder quedarse para siempre.
Y le parece extraño si no llega
aquel o aquella en quien hallar descanso.
Una ignora, de joven, que los principios
no se parecen nunca a los finales.

Joan Margarit 


(Los motivos del lobo)

-Imagen: Katia Chausheva-

28 de abril de 2014

Evocación en Nocturno


Se retiró,
-al compás
de un nocturno de Chopin.

En sus ojos,
la sal del mar,
y en su cuerpo,
el frío invierno.
Quiso evaporarse,
ser humo de fogata,
estela dorada
borrando la memoria.

Mientras,
afuera la lluvia caía.

   …Qué inmenso es el dolor
      de un alma partida.


Verónica Calvo


-Imagen: Elena Baca-

20 de abril de 2014

Hay días de primavera



Hay días de primavera,
que se rompen
en grandes gotas de lluvia.
Apenas mojan las calles,
pero calan el alma.

Hay días de primavera
en que se levanta
un tibio viento,
que llena el aire
de pelusas blancas.
Y las ves,
y piensas en la belleza
de esos copos blancos
pegándose a tu cuerpo.

Hay días de primavera
que desencadenan
el deshielo de emociones,
contenidas en las venas.


                                         Verónica Calvo


-Imagen tomada de la red-


13 de abril de 2014

Abandonó su sombrero



Abandonó su sombrero
al aire de poniente.

A prisa cruzó
-sin meditarlo-
las líneas del agua,
arrebató rincones
al musgo,
desoyó censuras,
asoleó distancias,
sedujo veranos,
como pájaro que emigra,
sustentó al delirio,
debilitó a lo imposible
y, convencida,
aguardó su llegada,
en los andenes de la aurora.

Y regresó la noche
y el sombrero
-que el poniente se llevara-
y el musgo
y los pájaros…


-Imagen: Katia Chausheva-

8 de abril de 2014

Lao Tse: 45


45

   Si corriges tu mente, el resto de tu vida se armonizará.
   Esto es así porque la mente es el aspecto que rige la vida humana.
   Si el río fluye con claridad y limpieza a través del cauce apropiado, todo estará bien a lo largo de sus riberas.

   El Camino Integral depende de la disminución, no del argumento:
   Para corregir tu mente, confía en el no hacer.
   Deja de pensar en complicaciones y de aferrarte a ellas.
   Conserva tu mente despegada y plena.
   Elimina la opacidad y la oscuridad mental.
   Mantén tu mente clara como el cristal.
   Evita fantasear y deja que emerja tu pura percepción interior.
   Calma tus emociones y mora en la serenidad.
   No te afanes en la adoración de ídolos, imágenes e ideas; sería como poner una nueva cabeza sobre la que ya tienes.


   Recuerda: si puedes cesar toda tu inacabable actividad, aparecerá tu naturaleza integral.

Lao Tse  

(Hua Hu Ching -81 meditaciones taoístas-)

-Imagen: DuyHuynh-