-Imagen Katia Chausheva-
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Hasta
entonces
nadie
me había escuchado.
Todos
venían a mí
con
sacos y sacos
de
palabras
y
ahí me quedaba yo
y
ahí me dejaban ellos
como
un burro
al
borde del precipicio,
deslomada
por el peso ajeno
y
sin poder aligerar
ni
un solo gramo
de
mis propias alforjas.
Ahora,
mientras
hablan y hablan,
pienso
en lo que me ha dicho
el
príncipe rojo
y
sonrío:
No
los perdones
porque
saben lo que hacen.
(De
El príncipe rojo)
7 comentarios:
Un buen poema... hace reflexionar.
Voy a volver a leerlo.
Gracias, verónica.
Muchos besos
Muy de actualidad y en todos los sentidos...
Tanto en lo personal, como en lo social.
Besos, Corsaria.
Sacos de palabras llenos de sinsentido que nos enturbian la mente hasta el bostezo y luego nada.
¿O son montones de palabras que nos llenan de sabiduría?
–Son palabras de amor Tecla, que vuelan como pájaros agitando la noche.
Muy buen poema! (Desconocía a la autora)
Gracias por traerlo!
UN beso!
Os recomiendo leer a Almudena Guzmán.
Gracias por los comentarios.
Gracias por la sugerencia, bello poema. Un abrazo corazón :*
Lo leí el otro día.
Y me gustó.
Sí.
Besos.
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