-Imagen tomada de la red-
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Ese instante que no se olvida
Tan vacío devuelto por las sombras
Tan vacío rechazado por los relojes
Ese pobre instante adoptado por mi ternura
Desnudo desnudo de sangre de alas
Sin ojos para recordar angustias de antaño
Sin labios para recoger el zumo de las violencias
Perdidas en el canto de los helados campanarios.
Ampáralo niña ciega de alma
Ponle tus cabellos escarchados por el fuego
Abrázalo pequeña estatua de terror.
Señálale el mundo convulsionado a tus pies
A tus pies donde mueren las golondrinas
Tiritantes de pavor frente al futuro
Dile que los suspiros del mar
Humedecen las únicas palabras
Por las que vale vivir.
Pero ese instante sudoroso de nada
Acurrucado en la cueva del destino
Sin manos para decir nunca
Sin manos para regalar mariposas
A los niños muertos
9 comentarios:
me encanta!!!
mil gracias por compartirlo!!
besos!!
Gracias por compartir, Vero, una poesía de tanta altura.- Un abrazo
Nunca me cansaré de leer y releer a Pizarnik. Ella también sumida en oscuridades varias. Saludos
ella es vigencia y emoción
desde el giro oscuro
besitos de sol
UNA DESOLACIÓN PROFUNDA...!!!
ABRAZOS
Para mi me resulta tremendamente triste, como si no hubieran caminos, ni centellas, ni lechuzas mirando al infinito.
Tan solo soledad para una niña ciega que nada le hizo al mundo.
O no he entendido nada.
es maravillosamente desgarradora!
Cuanta infelicidad se desprende de su poesía, le tocó vivir una vida poco grata, lástima que tuviera un final tan trágico siendo tan joven. Gracias por traernos su poesía Verónica .
Besos.
A mí su oscuridad me ilumina.
Es un poema triste pero dulce. Una tristeza dulce.
Siempre la miro así, me gustan mucho sus versos.
Un beso, querida amiga.
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