8 de junio de 2017

José Hierro: El enemigo

-Imagen tomada de la red-

Nos mira. Nos está acechando. Dentro
de ti, dentro de mí, nos mira. Clama
sin voz, a pleno corazón. Su llama
se ha encarnizado en nuestro oscuro centro.

Vive en nosotros. Quiere herirnos. Entro
dentro de ti. Aúlla, ruge, brama.
Huyo, y su negra sombra se derrama,
noche total que sale a nuestro encuentro.

Y crece sin parar. Nos arrebata
como a escamas de octubre el viento. Mata
más que el olvido. Abrasa con carbones
inextinguibles. Deja devastados
días de sueños. Malaventurados
los que le abrimos nuestros corazones.



De "Cuanto sé de mí" 

4 de junio de 2017

Nick

-Imagen (detalle) Christian Schloe-

Que leen un nick
y la imaginación vuela
saturando los rincones insatisfechos.
Reverbera como un lucero
adornando la eterna noche solitaria.
Nick que se hace nombre. Inspira,
eleva, rescata, revive y resuena.
En sus cuerpos tiembla y desea.

Y no saben quién
tras ese nombre se esconde,
vive, sueña, ofrece o perece.
El deslumbramiento
refleja el vacío, el hastío,
el aburrimiento de la vida,
o su falta de ella.

Y no lo dudes que llegará el día,
y sobre todo la noche,
en que ese nick/nombre 
se haga la más brutal realidad
y no sea ese lucero maravilloso
que inventaron en sus expectativas.
De ahí al desencanto
y, por ende, al drama,
mediará un segundo
y serás responsable subsidiario
de toda la ira que puede habitar
en un corazón humano.


 -Verónica Calvo-

26 de mayo de 2017

La añoranza

-Imagen Paula Bonet-


La añoranza
de húmedos besos;
de la caída del cielo
al infierno y viceversa.
Salir de la refrescante penumbra
al ardiente páramo, desnuda.

La añoranza
de llevar el deseo
entre los huesos;
la piel suspendida
de unos dedos.
La fragancia del aroma de tormenta
mientras me engalano con su aliento.

Ta vez la noche regada de espuma
me sorprenda, aun despierta, en su voluptuosidad.

-Verónica Calvo-


22 de mayo de 2017

Stand by


-Imagen Duy Huynh-


Me harté de subir cimas
y de bajar(las) rodando.
Me saturé de las noches
sin sus días y de esos días
que oscurecieron, aún más, sus noches.

Me apenó el dolor
de cada separación; el dolor
de la imagen de la desolación.
¿Sabes de qué hablo?
Entiéndelo: es ese dolor
que te quiebra la respiración.

Me hice viento
ante tanto verso de amor
que me roza la incredulidad.
Me fugué del pensamiento
y bajo el sagrado tejo,
descansé de tanta vida.

Y ahora…
La gran incógnita ante el escepticismo.

-Verónica Calvo-