-Imagen Remedios Varo-
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Donde el día abraza a la noche,
fina línea del horizonte,
mi espíritu cimbrea.
Coro de estrellas blancas,
sinfonía placentera,
me uno al canto de ellas.
De este velo azabache,
desprendido del cielo,
recojo el misterio.
Ardo y me rehago,
en esta sutil evocación,
donde la paz abarca
el contenido de este cuerpo,
cansado del día saturado
de obstáculos y palabras.
Donde la noche,
me abraza y despoja
de tanto tanto,
siento que soy lo que Yo Soy,
presencia muda amplificada.
Mis palabras, abandonadas.
Luchas vencidas, otras, ganadas.
Del horizonte perdido,
en la noche, hay calma.
-Verónica Calvo-