8 de agosto de 2019

Edgar Allan Poe: Solo

-Imagen tomada de la red-


Desde los días de mi infancia no he sido
como eran otros, no he visto
lo que otros vieron, no he podido extraer
mis pasiones de la primavera común,
no he recibido de la misma fuente
mi duelo, ni he podido despertar
el deleite, con armonía, en mi corazón;
y todo lo que amé lo amé solo.
Entonces, en mi infancia, en el alba
de una vida más turbulenta, surgió
tanto el abismo del bien como del mal
el misterio que todavía me tiene encadenado:
del torrente o de la fuente,
del rojo risco en el monte,
del sol que giraba y me rodeaba
con su otoñal tinte de oro,
el rayo que en el cielo,
al pasar cerca, estalló,
del trueno y de la tormenta;
y de la noche que tomó la forma
—cuando el resto del Cielo era azul—
de un demonio ante mis ojos.

-Edgar Allan Poe-

30 de julio de 2019

Estío

-Imagen Duy Huynh-

Estío. Todo es amarillo.
Hora de inventar
un paisaje poblado
de azucenas.
Hora de arrancar
la sombra, que habita,
entre mi yo y la niebla.

Estío. 
       Hastío.

Queda caminar
hacia el olvido.
Qué poco importan ya,
los pasos perdidos.

Hastío. 
         Estío…


-Verónica Calvo-

16 de julio de 2019

En la noche

La ventana abierta
a la noche.
Un coro de estrellas
nos observa.
Entre tu cuerpo y el mío,
media algo parecido a un siglo.
De tu susurro
a mi aullido.
De lo que buscas,
y yo, he perdido.

El silencio instalado
en esta quietud noctámbula.
Tu mirada
en la mía reposada.
Afuera la ciudad, calla.

En la lejanía
ecos de pisadas.
Son tus sueños
camino del suicidio.
Son mis arterias
de realidad, saturadas.

Y a pesar del (des)encuentro,
la noche abre nostalgias.


-Verónica Calvo-

2 de julio de 2019

Insomnio


-Imagen Hu Jun Di-
Del silencio roto.
Al filo del horizonte,
cuelgo el insomnio.
Sombra
cobijada en el rincón.
Triste fantasma
que llora su inmortalidad.
Al fondo, un eco.
Tal vez un latido,
o dos, rasgan esta (in)quietud.

Del silencio envolvente.
En el horizonte, un filo.
Insomnio (de fondo)
donde la sombra
acaricia fantasmas.
Llantos y ecos.
Todo es ajeno.

Y ese silencio
que todo lo puede.
Y este sueño,
esquivo en el estío.

Y entonces… todo es más Noche.


-Verónica Calvo-

13 de junio de 2019

Trini Reina: La aridez de la tormenta

-Imagen Trini Reina-
De repente la tarde

De repente
la tarde fue tornándose triste.
La certeza desinfló el globo del júbilo,
y tendió celada a la alegría.
El gris fue ocupando espacios
y la soledad apaleó su nieve
sobre la trinchera de la esperanza.
El desengaño manchó
la fiesta del crepúsculo
y la derrota entonó,
su insano canto.




Cielo vespertino que alienta

Cielo vespertino que alienta
en mis ojos la penumbra.
Desde mi ventana observo
crecer las sombras
y mi piel se unge de melancolía.
Memoria de otras tardes
en que los violetas tardíos
me trasminaban de alegría.


Estos dos poemas pertenecen a La aridez de la tormenta, un delicado y precioso poemario (plaquette)  de Trini Reina.
Puro sentimiento, donde se vacía, con ese saber de la buena poeta; nos llena de crepúsculo, de espera, de ir y venir en el día hacia la noche. De fondo, hay entrega, hay certeza, hay aceptación y mucha introspección. Cada poema, es un paisaje,donde lo cotidiano se vuelve reflexión y profundidad.
Trini es una de mis poetas favoritas.

Gracias, Trini, por haberme regalado este poemario tan íntimo, que es una joya y una delicia.
Eres Grande, como poeta, y como persona.