-Imagen
tomada de la red-
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Ha
muerto un año
envuelto
en la tristeza.
En
mis venas un paisaje
que
se torna primavera.
Apoyo
la cabeza en una nube
y
el sol acaricia mis pestañas.
La
desgana, el insomnio, las ojeras,
y
las vértebras marcadas
son
vestigios que el tiempo borrará,
aunque
quede el eco del pasado
resonando
cada tanto.
Y
yo me visto por entera con el campo.
Y
perfumo mis cabellos con la mar.
Y
en mis huesos los ancestros y sus raíces.
Quedará
lo importante.
El resto será
aire.
-Verónica
Calvo-