-Imagen Paula Bonet-
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La añoranza
de húmedos besos;
de la caída del cielo
al infierno y viceversa.
Salir de la refrescante penumbra
al ardiente páramo, desnuda.
La añoranza
de llevar el deseo
entre los huesos;
la piel suspendida
de unos dedos.
La fragancia del aroma de tormenta
mientras me engalano con su aliento.
Ta vez la noche regada de espuma
me sorprenda, aun despierta, en su voluptuosidad.
-Verónica Calvo-
14 comentarios:
Preciosa añoranza...
Un abrazo.
No digo nada.
Besos.
Este poema está lleno de sensaciones tan poderosas que se viven casi en presente. Es una añoranza que invoca lo que recuerda. Buen fin de semana
Me gusta mucho como construyes los poemas, con una estética tan elegante, tan sugerente siempre.
AÑORANZAS MUY INTIMAS.
ABRAZOS
nostalgia y añoranza son primas hermanas
ellas velan las horas
mientras el ojo sueña el refugio
abrazos Verónica
en las sombras te encuentras grandes semblanzas
besos
La noche es capaz de todo...hasta de saciar ciertos anhelos, aún en sueños.
Hermoso.
Besos.
una añoranza tierna y sensible.
patricia
Qué bien se me da este bello poema, amiga. Buenas imágenes y agradable discurso, adornan su buen decir.
Abrazos
Añoranzas de un mañana que vuelve con su tul de nostalgia.
Besos!!
En la noche vuelven las añoranzas y nostalgias...Todo es humano y también divino, porque el amor no muere, sólo duerme.
Mi abrazo grande, Verónica.
El amor no muere, no.
Un beso.
Sensualidad y ensueños.
Dulce erotismo trémulo.
Delicia destilan tus versos.
Besos, Verónica.
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