-Imagen: Catrin Wel Zstein-
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Dicen que la vieron,
a la hora del poniente,
de rodillas frente al mar.
Cuentan que silenciosa estaba,
que su nada se palpaba.
Dos sombras cruzaron la playa,
y en sus manos,
cuatro estrellas dejaron.
Ella las tomó, y en viento las convirtió.
Dicen que su cabello ondeó
y una determinación, la levantó.
Nunca supieron de su aflicción.
Dejó que la pleamar la inundara.
En perla se convirtió.
Sus penas y resacas como un manto
envolvieron el horizonte que miraba.
Y así, nácar y brillo, fue llevada al alba
por un vencejo que bajó del rojo cielo,
y más allá de la línea de la vida,
fue en calma depositada.
-Verónica Calvo-
(De Agua)
13 comentarios:
Bonito relato en estos versos.
Un abrazo.
Su aflicción se hacer verso y poema.
Beso para ella.
Beso para ti.
El nácar, un poema material
He conocido algunas de esa perlas, que el mar o el tiempo han difuminado su imagen en mi mente.
Yo la vi...
Sí.
Bendita, perla!!
Besos, preciosa.
La idea de mujer transformada a pesar de su dolor en algo hermoso (perla) es como la que a veces te hace a ti transformar los males en belleza. Con poesía. Sólo el arte nos salva. Saludos.
Una gran poesía que encierra los secretos del corazón.
bella, solitaria y silenciosa como las aguas calma.
me ha gustado mucho.
...solo el mar lo sabía.
Besos de sal
Más allá de la línea de la vida es donde está la verdad. Siempre.
Me ha transmitido calma.
Qué suave.
Gracias.
Un beso, querida Verónica.
P.D.: Me gusta mucho Emily, que veo que estás leyendo ...
Un placer leerte de nuevo
Feliz verano
Un Abrazo
Ese confidente mar, bellísimo poema.
Abrazos querida amiga.
Lola.
Me ha transportado a un mundo de bosques y hadas precioso...
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