31 de octubre de 2022

Vapor de octubre



Las almas acudirán en la noche
al llamado del corazón que añora.
Silentes como brisa esperan la hora,
del reencuentro ansiado a medianoche.
 
Cielo vespertino de fin de octubre
nos trae en los sueños a las ausencias;
sus añorados rostros son presencias
que la mágica fecha nos descubre.
 
Hay aroma de dalias en el aire.
Luz de plata la luna nos regala,
y engalana el corazón con donaire.
 
Sutil velo descorrido, antesala
del encuentro que llega con el aire:
vapor blanco, la ansiada hora, señala.


-Verónica Calvo-

 

21 de octubre de 2022

Contemplación

                                                         -Imagen tomada de la red-


El suave caminar de los días.
El murmullo de la tarde.
La eternidad efímera del momento
único, potente. Mío.
 
La resonancia del silencio.
La reverberación de una estrella.
La calma que aporta una melodía
que te acompaña. Y abraza.
 
Mirar más allá de lo aparente.
Escuchar las palabras que trae el viento.
 
Y después…
 
Es caminar de puntillas por la estela de los días.
Es alzar el vuelo y sobrevolar las brumas cotidianas.
 
De la contemplación, la sensación.
 
Y aprovechar el viento a favor.
 
-Verónica Calvo-


9 de octubre de 2022

Alfonsina Storni: Voy a dormir

                                                 -Imagen tomada de naiz-


Dientes de flores, cofia de rocío,
manos de hierba, tú, nodriza fina,
tenme prestas las sábanas terrosas
y el edredón de musgos escardados.
 
Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame.
Ponme una lámpara a la cabecera;
una constelación, la que te guste;
todas son buenas; bájala un poquito.
 
Déjame sola: oyes romper los brotes…
te acuna un pie celeste desde arriba
y un pájaro te traza unos compases
 
para que olvides… Gracias. Ah, un encargo:
si él llama nuevamente por teléfono
le dices que no insista, que he salido.
 
-Alfonsina Storni-


(Fue publicado en Las grandes Mujeres, recopilación de poemas de la poeta)


29 de septiembre de 2022

Saludos y despedidas

-Imagen Leonor Fini-

 
Saludas al día,
a la vecina que no te aguanta,
al perro que olfatea la esquina,
 
Saludas al vigilante del metro,
a la señora que te mira,
a la novela que lees.
 
Sigues saludando
a los extraños conocidos
que trabajan contigo,
al camarero que te decora el café,
a la vida en general.
 

Luego los saludos
se convierten
en despedidas.
 
Hasta mañana, dices,
y te vas despidiendo de los rostros,
compañeros de la rutina de la vida.
Te despides de los conocidos tan extraños,
del metro, del conserje,
de la vecina que te esquiva,
del gato Poe del jardín si lo ves,
de la poca luz del día.
 
Antes de apagar la luz,
te despides de ti
y del techo que miras.
 
Saludas y te despides
sin saber
(bien)
por qué lo haces.
 
-Verónica Calvo-