21 de enero de 2019

Conclusiones

Observo y palidezco.
Lo que a unos les parece normal,
a otros nos espanta.
¡Tanta humanidad perdida!
¡Cuánto desatino!
Y entonces,
quiero ser una coliflor
dormida en un huerto.

Recibir los cuidados del sol,
cuando el clima lo permita,
y embeberme del agua que nutre.
Estar a salvo,
cobijada entre calabacines,
puerros y calabazas.

Intocable
para aquellos que aborrecen,
a tan noble vegetal,
y apreciada, por los que dicen,
estar a salvo de la violencia.

Podéis comerme,
-siempre nos devoramos-,
pero con delicadeza.

A veces,
mi pensamiento raya la metáfora.


O la locura.

-Verónica Calvo-

14 de enero de 2019

Deseo

-Imagen Tomohide Ikeya-
Llegar hasta tu rostro,
y acariciarlo.

Abrazar estos años,
con sus sombras y penumbras,
que tanto me enseñaron.

Ser melodía
de tu canto,

y tú,
verso de mi poema,
                            inacabado.


-Verónica Calvo-

8 de enero de 2019

Punto final


-Imagen Katia Chausheva-
Ir a lo profundo
del bosque,
con un aullido
entre los dientes.
Ser el silencio,
la imperturbable paz
que reina entre la nieve.
Respirar este aire
con aroma de otro tiempo,
y enterrar tus recuerdos.

Ir allí,
donde sale el sol
por donde quiere.
Ver deslizar la sombra
en la ladera
cuando el día descuenta.

Liberar el aullido,
reverberar como un lucero
en el alba de la escarcha.
Ir, de nuevo,
a lo profundo del bosque,
y arrojar, en una sima,
todo aquello que ya no me pertenece.

-Verónica Calvo-

31 de diciembre de 2018

Gracias

Imagen Christian Martin Weiss-

Dejar ir el año, con sus luces y sombras.
Acoger los buenos momentos y a quienes nos tocan el corazón.
Atrás lo que no quiero, y por delante, el misterio.

Desde lo alto de mi atalaya: gracias por todo y nos vemos en 2019.


-Verónica Calvo-

26 de diciembre de 2018

Liberación


La melodía
del viento
entre las hojas del árbol.
La infinitud,
del cielo estrellado,
que contemplas,
desde la montaña.
El silencio…

Fundirte
entre las olas,
con la espuma de los días.
Revivir
en la lluvia, que nutre la aridez.
La sonrisa…

Ser en el claroscuro
donde bailas con tu esencia.
Respirar y exhalar
cada vivencia acumulada.
Saber decir adiós…

Y te sientes,
                  l i b e r a d a.



-Verónica Calvo-

22 de diciembre de 2018

Dámaso Alonso: Insomnio



Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres
                                                       (según las últimas estadísticas).
A veces en la noche yo me revuelvo y me incorporo
en este nicho en el que hace 45 años que me pudro,
y paso largas horas oyendo gemir al huracán, o ladrar los perros,
o fluir blandamente la luz de la luna.
Y paso largas horas gimiendo como el huracán,
ladrando como un perro enfurecido,
fluyendo como la leche de la ubre caliente de una gran vaca amarilla.
Y paso largas horas preguntándole a Dios,
preguntándole por qué se pudre lentamente mi alma,
por qué se pudren más de un millón de cadáveres en esta ciudad
                                                                                             de Madrid,
por qué mil millones de cadáveres se pudren lentamente en el mundo.
Dime, ¿qué huerto quieres abonar con nuestra podredumbre?
¿Temes que se te sequen los grandes rosales del día,
las tristes azucenas letales de tus noches?