-Imagen Duy Huynh-
Amanece
desnuda, casi
desnuda,
la esperanza que
insiste
en su visita,
a un corazón dormido.
De esta orilla al
oleaje de un nombre,
la esperanza se
desnuda
y el amanecer, sucumbe
al sueño.
El invierno llegará
a su término.
Revivirá lo que
enterraste.
Cantarán al débil
sol de marzo
en su creciente
alegría
y el corazón que
duerme,
soñará que en una
mirada,
se desnuda.
Amanece…
Primavera velada.
-Verónica Calvo-