30 de noviembre de 2020

Fin

                                                       -Imagen Diane Varner-

 

1

Entre las raíces,
la sombra de quien fuiste.
No queda un rescoldo
de aquello que amé.

Ni de tu nombre.

 

2

No quedan brasas.
No quedan raíces.

Cenizas. El viento se las lleva.

 

3

Nuevo día.
Camino hacia la noche
envuelta en la sombra de mi nombre.
Cenizas de aquellas raíces
que el viento dispersó.

Nuevo horizonte.

 

-Verónica Calvo-



16 de noviembre de 2020

Variaciones de un haiku


                                                                                                      -Imagen Morguefile-


9 de noviembre de 2020

Naufragio

 

                                                             -Imagen Brooke Shaden-                                                                                                              

Ayer, otro pájaro malherido
llegó a este barco, sin gobernante,
que aguanta en la tormenta.
Pocos le miraron.
Les recordaba demasiado a sí mismos.
Pocos le atendieron.
Estaban ocupados salvándose del embate de las olas.
 
Mirábamos allá, donde el horizonte
es una difusa línea de negro y gris.
El pájaro murió.
Aparecieron los Siniestros
y le lanzaron por la borda,
como se tira algo que no sirve; algo que ya no vale.
 
Desde marzo, esta nave surca la tempestad.
Miramos al puente de mando:
Hay luz. (Pero no hay nadie).
Nos llega alguna voz. (Pero sigue sin haber nadie).
Supimos que estábamos solos,
y que, solos, enfrentaríamos el inminente naufragio.
 
 
(Y bailamos para ahuyentar la incertidumbre.
Y cantamos para despistar el miedo que nos traga).
 
-Verónica Calvo-


31 de octubre de 2020

Rosalía de Castro: Lágrima triste en mi dolor vertida




Lágrima triste en mi dolor vertida,
perla del corazón que entre tormentas
fue en largas horas de pesar nacida,
en fúnebre memoria convertida
la flor será que a tu corona enlace;
las horas de la vida turbulentas
ajan las flores y el laurel marchitan;
pero lágrimas, ¡ay!, que el alma esconde,
llanto de duelo que el dolor fecunda,
si el triste hueco de una tumba anega
y sus húmedos hálitos inunda,
ni el sol de fuego que en Oriente nace
seco su manantial a dejar llega
ni en sutiles vapores le deshace,
¡y es manantial fecundo el llanto mío
para verter sobre un sepulcro amado
de mil recuerdos caudaloso río!


-Rosalía de Castro-