Alessandro Baricco presentaba la edición italiana de Seda que
tuvo un éxito extraordinario en su país, con estas palabras: Ésta no es una
novela. Ni siquiera es un cuento. Ésta es una historia. Empieza con hombre que
atraviesa el mundo, y acaba con un lago que permanece inmóvil, en una jornada
de viento. El hombre se llama Hervé Joncour. El lago, no se sabe. Se podría
decir que es una historia de amor. Pero si solamente fuera eso, no habría
valido la pena contarla. En ella están entremezclados deseos, y dolores, que se
sabe muy bien lo que son, pero que no tienen un nombre exacto que los designe.
Y, en todo caso, es nombre no es amor. (Esto es algo muy antiguo. Cuando no se
tiene un nombre para decir las cosas, entonces se utilizan historias. Así
funciona. Desde hace siglos).
Todas las historias
tienen una música propia. Ésta es una música blanca. Es importante decirlo
porque la música blanca es una música extraña, a veces te desconcierta: se
ejecuta suavemente y se baila lentamente. Cuando la ejecutan bien como oír el
silencio y a los que la bailan estupendamente se les mira y parecen inmóviles.
La música blanca es algo rematadamente difícil.
No hay mucho más
que añadir. Quizá lo mejor sea aclarar que se trata de una historia
decimonónica: lo justo para que nadie se espere aviones, lavadoras o
psicoanalistas. Quizá en otra ocasión.
(Sinopsis de la editorial Anagrama)
«Tiene algo dentro, una suerte de
infelicidad»
Una pequeña joya de la literatura. Magistralmente escrita. Muy buena la traducción. Para leer y releer. si no la habéis leído, os la recomiendo.
Autor: Alessandro Baricco
Nº de páginas: 128
Editorial: Anagrama (Colección Panorama de narrativas)
Encuadernación: Tapa blanda
ISBN: 978-84-339-0840-7
Año de publicación: 1997
Traducción: Xavier González, Carlos Gumpert