I
Abrir
la ventana.
Respirar
el aroma del domingo.
Solo
cielo azul.
Ningún
sonido.
II
Es
la quietud.
El
eterno eco del no sonido.
Hay,
en el cielo, muchos suspiros.
III
Abrir
la ventana.
Sentir
los pasos perdidos.
El
silencio sepulcral del domingo amanecido.
-Verónica
Calvo-
-Imagen Hu Jundi-