-Imagen
Donata Wenders-
La
noche deja paso
a
la inmisericorde luz del día.
El
aire huele a reminiscencia.
Oigo
voces lejanas que,
con
un eco, me llaman.
Me
escondo.
El horizonte es un lienzo plomizo.
Cierro
los ojos
y
la noche artificial me consuela.
No
hay respuestas, si acaso, mi certeza.
Las
voces callan.
Soy
olvido.
Mañana.
Tal vez mañana…
-Verónica Calvo-