15 de marzo de 2020

Contención



-Imagen Shaun Tan

El silencio de la ciudad,
habita en las horas.
Saludo a la vecina
desde la ventana.
Pienso si encontraré
arroz en el súper.
Pienso en el ¿miedo?
que da, pese a las normas,
salir a por el pan
que compro cada tres días.

Veo a los niños
que juegan en la terraza.
Saludo a otros vecinos
y me corresponden.
Sonrío.
Ellos jamás saludan.

El silencio de la ciudad,
está (casi) lleno de conciencia.

Y pienso:
estad seguros.
              Seguid en calma.

-Verónica Calvo-

7 de marzo de 2020

Llegas

-Imagen tomada de la red-


Llegas a mi puerta
como lo hace el arroyo a la pradera.
Limpio, fresco,
                   saltando piedras.

Soy trigo que cimbrea con el viento.

(Quítate la corona de espinas
y adórnate con corona de laurel).

Llegas a mi puerta
como lo hace la noche serena.
Lucero vespertino, 
                         magia y sueños.

Soy éter que absorbe el universo.

(Quítame la corona de laurel
y adórname con rosas sin espinas).


-Verónica Calvo-

15 de febrero de 2020

Lugar secreto


Ayer volviste a ese lugar tan nuestro. Nadie sabe nada, aunque creen saberlo todo. Son esas pequeñas cosas tan nuestras que nos engrandecen.
Te vi tenderme la mano.
Yo, la tomé.
Ayer recibí todo de ti. Ayer todo te lo di.
De fondo, nuestra canción. 
Si pudieran oírla (y entenderla), dirían que es derrotista. Solo nosotros sabemos el peso que tiene en nuestras vidas. De ella, de su aparente conformismo, nos desprendemos de tanta patada y desilusión y nos recomponemos, en un baile, que ni entienden ni les pertenece.
Somos lo que nos apetece ser ahora; a pesar de los pasos perdidos con sus ecos.
Ayer regresaste, intacto y en silencio.
Te di mi mano.
La retuviste entre las tuyas.
La noche puede ser oscura, tétrica y asesina. Noches así hay que saber aguantarlas. Sobrevivirlas. Nuestra noche siempre es hermosa. Inspira y aúna estas locuras que a nadie le interesan.
La noche se encuentra en la oscuridad, que media, entre mi mente y tu mirada.
La poesía, vamos a dejársela a los buenos poetas. La metáfora se queda en el pestañeo que solo nosotros entendemos. Ahora se trata de prosa.
Prosa que resbala por mi espalda y muere en el suspiro de tu Letra.

Ayer regresaste, a este lugar que a nadie importa, y que huye de pareceres y análisis.
Y como el humo, que escapa por una ventana abierta, te fuiste dejándome toda esta paz teñida de nostalgia, que me mantiene.

-Verónica Calvo-