13 de julio de 2017

Mente humana

-Imagen Brooke Shaden-

De nada sirve la huida
ni escalar las altas cimas
en las que pretendes el olvido.
Tal vez morir día a día
no sea ese espanto en la creencia.

Ahora te sometes.
                           Ahora te rebelas.

Repasas
hasta donde alcanza la memoria.
Te agitas, gritas en silencio
y muerdes la soledad que te anida.
Angustia vital. Depresión. Pozo.

Ahora no lo asumes.
                               Ahora lo asimilas.

Qué extraño se hace
saberse contenido en la estructura.
Cuánto ahogo sientes
en esta prisión donde, en verdad,
no eres… ¿y qué eres?

Ahora lo crees.
                       Luego, lo olvidas.


-Verónica Calvo-

7 de julio de 2017

Baudelaire: Tristezas de la luna

-Imagen tomada de la red-

Esta noche, la luna sueña con más pereza;
Tal como una beldad, sobre numerosos cojines,
Que con mano distraída y leve acaricia
Antes de dormirse, el contorno de sus senos,

Sobre el dorso satinado de las muelles eminencias,
Desfalleciente, ella se entrega a largos espasmos,
Y pasea sus miradas sobre las imágenes blancas
Que trepan hasta el azur como floraciones.

Cuando, a veces, sobre este globo, en su languidez ociosa,
Ella deja escapar una lágrima furtiva,
Un poeta piadoso, enemigo del sueño,

En la cavidad de su mano coge esta lágrima pálida,
Con reflejos irisados, como un fragmento de ópalo,
Y la coloca en su corazón lejos de las miradas del sol.


(De Las flores del mal)

2 de julio de 2017

Desde que te fuiste


-Imagen Duy Huynh-
Desde que te fuiste
la almohada no huele a lavanda,
ni existen los paseos de domingo.
La noche es menos callada
porque el sueño es más esquivo.

Antes eras tú,
y era yo,
porque éramos nosotros.
Ahora soy yo
y el cansancio extremo de los días.

 -Verónica Calvo-

28 de junio de 2017

José Rodríguez Infante: Una parada obligatoria


-Imagen: Círculo Rojo- 

Sinopsis

Estos relatos nacieron porque el azar quiso poner ante mis ojos a una serie de personajes que, sin decir palabra, hablaban por si mismos. No buscaba contar nada concreto, ni pretendía llevar a cabo ningún sesudo estudio etnológico, pero ahí estaban y ante las situaciones en los que me los encontré, me dieron el impulso para que al final fueran ellos mismos quienes escribieran su biografía. Las pasiones que desarrollaron o los valores que pusieron en boga, son fruto de su propia intención de vivir. Como no tengo dotes de pintor, ni de fotógrafo, no pude manchar un cuadro, ni plasmar un retrato; tomé lo que más a mano tenía, la pluma, y dejé que la tinta fluyera a su antojo. Los personajes han cogido sus cartas y se muestran dispuestos a comenzar la partida. Esperan impacientes. Ahora te toca a ti, lector, participar o no de su juego.


«… el motivo de mi visita a esta hora, tan inusual en mí, no es para sorprenderos en vuestro quehacer diario, que de eso no tengo queja alguna, sino para aclarar qué ha pasado en la cámara en las últimas veinticuatro horas, donde, según mis noticias, ha desaparecido un yogur.»


 José Rodríguez Infante despliega su saber, a la hora de escribir estos trece relatos, pues no pierde el hilo, mide el tiempo y lo acopla para que nada falte y nada sobre, despliega su imaginación y fluye en la trama presentándonos personajes y situación de manera limpia y concisa.
  Nos sumergimos en historias que nos harán sonreír, nos aflorará la ternura, la reflexión, el humor, la ironía y hasta participaremos del surrealismo tratado desde la cotidianidad. Nada nos parecerá exagerado o improbable. El autor sabe conducir al lector a ese mundo donde vivir en un contenedor de basura, por ejemplo, se hace normal, o que la Virgen de las Nieves nos cuente su historia desde la mortalidad más que desde la sacralidad y nos saque más de una risa, no ha de ser tarea sencilla si no ha planificado bien la trama y su estructura.


«… fue un pastor, para no variar, que andaba un día por aquí con las cabras y no habían hecho más que depositarme en lo alto de una mata, cuando me vio y como esta es una zona donde nieva con frecuencia, el buen hombre pensó que yo era un copo de nieve que había tomado esa forma, me buscó un recoveco apropiado y, durante un tiempo, tan solo él sabía de mi existencia, hasta que un día, con unas copitas de más, se fue de la lengua, se enteró el cura del pueblo y se presentó aquí con una comitiva que, sin venir a cuento, porque yo estaba más tiesa que todas las cosas, se arrodillaron, lanzaron plegarias al cielo y al grito de ¡la virgen, la virgen! el pastor añadió ¡de las nieves! Y se me quedó el nombre, que a mí no me gusta mucho porque eso delimita mi parcela creativa, pero, ¿qué le vamos a hacer?, los feligreses son así.»


El autor se ha arriesgado con Una parada obligatoria debido a la disparidad y es justamente eso lo que hace que este libro sea ameno junto a lo ya dicho. En cada relato hay un fondo de valores humanos, pero eso os toca a vosotros reflexionarlos si os animáis a leer este libro.
  Por mi parte he disfrutado mucho su lectura y volveré a releer cada relato cada tanto.
  Os lo recomiendo.

Editorial: Círculo Rojo
Nº de páginas: 144
ISBN: 9788490952283
Precio: 13€


24 de junio de 2017

Hoguera

-Imagen Karol Bak-




Si su voz quedó amordazada,
¿quién canta en la alborada?
Desviste su cuerpo de lluvia
y se hace un vestido de plumas.
Se observa en el espejo
y no reconoce la ceniza que refleja.
Sale del enmarañado tiempo
y siente el pulso de la vida.
Abre un cofre y guarda
rostros grises y palabras de navaja.
Al crepúsculo arderá en la hoguera
todo aquello que fue y que no necesita.

Llamas y rescoldos serán adorno,
en el crepitar de la noche,
llevando humo a las estrellas.
Aspirará el olor de la leña
mientras sobrevuela el fuego
que la asesina y renace en este ritual
de la Noche de los Tiempos.
Y se coronará con laurel
alzando su rostro al cielo.

Y después,
sobre la ardiente tierra, nuevas huellas.

-Verónica Calvo-