lo
más pequeño de nosotros dos.
Cerebro
de su cerebro
y
sangre de su sangre,
dos
vidas y un solo ser.
Para
siempre probar este destino,
si
es dolor, la mayor parte,
si
es dicha, entregar mi parte
por
ese anhelado corazón.
Toda
una vida para conocernos el uno al otro,
a
quien nunca podremos conocer,
y
de vez en cuando un cambio
llamado
cielo,
raptos
confraternizados de hombres
solo
para descubrir lo que nos perturbaba,
sin
palabras.
-c. 1861-