22 de junio de 2016

El Bosco. La exposición del V centenario

-“El carro de heno"- El Bosco

El Museo del Prado presenta, con el patrocinio en exclusiva de la Fundación BBVA, hasta el 11 septiembre de 2016, la exposición que conmemora el V centenario de la muerte del Bosco, una ocasión irrepetible para disfrutar del  extraordinario grupo de las ocho pinturas de su mano que se conservan en España junto a excelentes obras procedentes de colecciones y museos de todo el mundo. Se trata del repertorio más completo del Bosco, uno de los artistas más enigmáticos e influyentes del Renacimiento, que invita al público a adentrarse en su personal visión del mundo a través de un montaje expositivo espectacular que presenta exentos sus trípticos más relevantes para que se puedan contemplar tanto el anverso como el reverso.

El Bosco. La exposición del V centenario se centra en las obras originales de este artista y se articula en siete secciones. La primera: El Bosco y ‘s-Hertogenbosch, nos sitúa en la ciudad donde transcurrió su vida. Dado el carácter monográfico de la muestra, y ante la dificultad que plantea fijar su cronología, se ha distribuido su producción en seis secciones temáticas: Infancia y vida pública de Cristo, Los santos, Del Paraíso al Infierno, El jardín de las delicias, El mundo y el hombre: Pecados Capitales y obras profanas, y La Pasión de Cristo.
   La exposición incluye asimismo obras realizadas en el taller del Bosco o por seguidores a partir de originales perdidos. Otro grupo de obras, entre las que figuran pinturas, miniaturas, grabados a buril de Alart du Hameel, relieves de Adrien van Wesel y el manuscrito del Comentario de la pintura de Felipe de Guevara, permitirá entender mejor el ambiente en el que se gestaron las pinturas del Bosco, la personalidad de alguno de sus patronos como Engelbert II de Nassau, o la valoración que se hacía de la pintura en el siglo XVI.

Gracias al interés que mostró por el Bosco Felipe II, España conserva el mayor conjunto de originales suyos y todos ellos figuran en la exposición. El Prado, heredero de la Colección Real junto con Patrimonio Nacional,  custodia seis obras entre las que destacan los trípticos de El jardín de las delicias, la Adoración de los magos y el Carro de heno. A ellas se suman el Camino del Calvario de El Escorial -una obra que, gracias a la generosidad de Patrimonio Nacional, se traslada desde la muestra "El Bosco en El Escorial” para unirse la magna exposición del Museo del Prado- y San Juan Bautista de la Fundación Lázaro Galdiano, uno de los mejores frutos del afán coleccionista de don José Lázaro. Junto a estas obras, los préstamos procedentes de Lisboa, Londres, Berlín, Viena, Venecia, Rotterdam, París, Nueva York, Filadelfia o Washington, entre otras ciudades, hacen de esta muestra un acontecimiento único para sumergirse en el imaginario de uno de los pintores más fascinantes del arte universal.

Del 31 de mayo hasta el 11 de septiembre de 2016

Horario:
De lunes a sábado: 10:00 a 20:00h.
Domingos y festivos: de 10:00 a 19:00h.
Ampliado: viernes y sábados de 10:00 a 22:00h. Domingos y festivos de 10:00 a 21:00h.

Precios:

Entrada general: 16€
La entrada al Museo incluye el acceso a la Colección y las exposiciones coetáneas el día de la visita.
Exposición con control de aforo. Imprescindible la selección de pase horario en el momento de la compra de la entrada.
La compra de entradas a través de teléfono e internet implica una comisión en concepto de gastos de gestión de 0,90 € / entrada, excepto el Abono Paseo del Arte

-Fuente: Museo del Prado-

14 de junio de 2016

Shirley Jackson: Siempre hemos vivido en el castillo

-Imagen tomada de la red-
Sinopsis:

«Me llamo Mary Katherine Blackwood. Tengo dieciocho años y vivo con mi hermana Constance. A menudo pienso que con un poco de suerte podría haber sido una mujer lobo, porque mis dedos medio y anular son igual de largos, pero he tenido que contentarme con lo que soy. No me gusta lavarme, ni los perros, ni el ruido. Me gusta mi hermana Constance, y Ricardo Plantagenet, y la Amanita phalloides, la oronja mortal. El resto de mi familia ha muerto.» Con estas palabras se presenta Merricat, la protagonista de Siempre hemos vivido en el castillo, que lleva una vida solitaria en una gran casa apartada del pueblo. Allí pasa las horas recluida con su bella hermana mayor y su anciano tío Julian, que va en silla de ruedas y escribe y reescribe sus memorias. La buena cocina, la jardinería y el gato Jonas concentran la atención de las jóvenes. En el hogar de los Blackwood los días discurrirían apacibles si no fuera porque los otros miembros de la familia murieron envenenados allí mismo, en el comedor, seis años atrás.

«Yo nunca me volvía; ya tenía bastante con saber que estaban a mis espaldas como para encima mirar sus insípidas caras grises y sus ojos llenos de odio. Desearía que estuvierais todos muertos, pensé, y me sentí tentada de decirlo en voz alta».

Nos encontramos ante una novela ambientada en Nueva Inglaterra que nos narralo que queda de la familia Blackwood, ya que, como leemos en la sinopsis, sus miembros fueron envenados mientras cenaban seis años atrás. Mary Katherine, también llamada Merricat, su hermana mayor, Constance, y el tío Julian son los únicos supervivientes de aquella cena mortal y siguen viviendo en la misma casa donde ocurrió.
  Merricat tiene una personalidad compleja. Desde el principio queda claro que su edad mental no es la de una joven de dieciocho años. No le gusta salir de la mansión Blackwood y odia a todos sus vecinos. Está obsesionada con mantener la propiedad aislada de curiosos y se asegura que todo está bien cerrado, así como que sus amuletos protectores sigan en su lugar. Lo único que quiere es que nadie cambie en su vida: que Constance cuide de ella y ella, a su vez, procurarle el aislamiento necesario para que continúe su vida, jugar con sus tesoros y su gato Jonas y fantasear con su vida en la luna cuando algo no marcha bien.
  Constance, la hermana mayor, estuvo en el punto de mira cuando la familia murió. Nunca sale de la propiedad y cuida de Merricat y el tío Julian. Es una excelente cocinera y jardinera y se refugia en ello.
  El anciano Julian ve pasar la vida desde su silla de ruedas entre sus claros y oscuros mentales. A veces confunde el pasado con el presente y no quiere que se pierda la memoria de la familia, por eso quiere escribir sus memorias.
  La apacible vida de las hermanas se verá alterada ante la visita de un desconocido primo que pondrá en jaque a cada miembro de la mansión.

"Todo era culpa del libro, que se había caído del árbol; cometí la negligencia de no reemplazarlo al instante y ahora nuestro muro de seguridad se había desmoronado. Al día siguiente buscaría otro objeto mágico y lo clavaría al árbol."

Son una familia maldita; odiados por los habitantes de la zona que no tienen ningún reparo en mostrar sus sentimientos cada vez que Merricat sale a la calle, entonando unas frases, donde aluden, a la desconfianza que les produce. Tal es el odio y la desconfianza que la familia les engendra que acabarán desbordados por sus sentimientos de la manera más brutal.

«Hasta ahora, el tejado siempre nos había protegido del cielo, pero no me pareció que allá arriba hubiera nada ante lo que fuéramos vulnerables, y mi mente se refugió pensando en criaturas aladas que salían de entre los árboles para observarnos».

El lector intuirá quién envenenó a la familia, pero no es un obstáculo para sumergirse en la historia. La grandeza de la autora nos dice entre líneas más de lo que nos narra, con profundidad y asombro, ya que sin decir nos está haciendo una radiografía de situaciones y personalidades complejas donde expone toda la oscuridad que podemos albergar dentro.
Os recomiendo esta lectura.
¿La habéis leído? ¿Qué opináis? ¿Os llama la atención?

Editorial: MINUSCULA
Nº de páginas: 224 págs.
ISBN: 9788495587893
Precio: 18,50€

10 de junio de 2016

En tu recuerdo




Habitas
la no forma,
el lenguaje del silencio
que se entiende
sin sonido.

A veces acudes,
como la brisa,
que acaricia
mis mejillas
esparciendo lágrimas.

                               Tantos años ya…
                                   Y aquí sigo,
                          anidada en tu recuerdo,
                           intacta en mi nostalgia
                    por abrazar tu forma recordada.

                                                  -A mi padre-


                                              -Verónica Calvo-

5 de junio de 2016

A nadie le gustan los temporales


-Imagen tomada de la red-


Tan oscuros,
pavorosos, peligrosos
y siniestros.

A nadie le gustan los temporales.
Pero algunos son adictos
a sus resacas.



-Verónica Calvo-