16 de abril de 2015

Fue




Ecos de voces.
Pleamar y resaca.
Donde mis manos no llegan
lo hace el susurro de mi alma.

Fueron tus ojos
noche de luna nueva;
sepultura y esperanza 
para mi calma.

                      -Verónica Calvo-
                                                                                            
  -Imagen Natalie Shau-

11 de abril de 2015

Tanka

                                       

Pasa la vida
tiñendo nuestros días
luces y sombras
dolores y alegrías
tan breve nuestro tiempo

-Verónica Calvo-

6 de abril de 2015

La suave caricia de una brisa

Despertó con los primeros albores adornados con el bello canto de un mirlo posado en una rama. Sus pestañas fueron abriendo un mundo de luz, tenue, de tono violáceo, que llegó a sus pupilas de esmeralda.
   Se dejó inundar por la calma que en el ambiente se respiraba…

   “Es solo tiempo lo que necesito en mi mente y en mi esencia. Concededme ese don, no lo desaprovecharési a mi presencia acudieras…”

   Ella, sonrió y siguió prestando atención a aquellas palabras que llegaban traídas por el viento. Se desperezó, y ante el espejó adornó sus largos cabellos con una estrella de plata. Una pulsera de cascabeles en sus tobillos, con su alegre sonido, llenó la estancia. Abrió la puerta, sintió la cálida brisa de la eterna primavera enroscarse entre los tules de su vestido, y se dejó llevar, como el humo, hasta el corazón del que había pronunciado en el éter sus palabras…

   …Allá, en la ciudad, un poeta se mesa los cabellos. Siente una poesía dentro que no logra anclar en su alma. Una noche se sucede al día, y el día, inexorablemente, vuelve a dormir en la noche, y en él, ese vacío habita. A veces se desespera; otras, busca la inspiración en la rendija de sus recuerdos.
   Pero nada ocurría.

   Hoy ha despertado sintiendo la suave caricia de la poesía en su corazón, y rápidamente, ha anclado el poema.
   Bellos versos que hablan del eco de una caracola y la fragilidad de una sirena. Deliciosa y lírica poesía plasmada sobre el blanco de una hoja.
   El poeta sonríe, abre la ventana al fresco día y siente, como una extraña fragancia a brisa de primavera, le envuelve.
   Queda en silencio, escuchando, en el ambiente, cómo se pierde la melodía de unos cascabeles.



-Verónica Calvo-