-Imagen tomada de la red- |
España va a la cola de
Europa en cuanto a lectura. Somos el país que menos lee después de Grecia. Desde
hace años se ha desatado el furor de ser escritor en nuestro país, hasta el
punto que hay más escritores que lectores. Entre la crisis, que no se lee, los
amigos del pirateo y que las editoriales se las ven y se las desean para
sobrevivir, desde hace años hay un negocio que tiene muchos adeptos: la
autopublicación.
Se basan principalmente en
el desconocimiento del autor de cómo funciona el mundo editorial. No saben qué
es ni qué cuesta una corrección ortotipográfica
y/o de estilo, cuánto
cuesta imprimir un ejemplar, qué tipos de impresiones y encuadernaciones hay,
dónde y cómo consigues el número de ISBN ni cómo das de alta la obra en el
Depósito Legal y lo importante que es una buena distribución. No saben
realmente las tarifas de maquetación ni de portadistas o ilustradores, y se les
vende todo ello como si fuera costoso, caro y muy difícil. Te ofrecen «precios
muy económicos» por estos servicios editoriales, y claro, el desconocimiento
hace que piquen.
Luego vienen las
desilusiones ante la realidad: no tienes un libro aceptable al menos (he visto
páginas al revés, erratas garrafales, incoherencias, maquetaciones que cortan
palabras por no respetar márgenes etc.), nada de apoyo para presentar y vender
tu libro, librerías que no quieren tu libro ni que lo presentes (este es un
tema a tratar porque tienen sus poderosas razones), que nadie te lo compra y
viene la queja pública.
Copio textual de un blog:
«…esta editorial me prometió que mi libro llegaría a muchos lectores pero
imprimen bajo demanda y no llega. Se han aprovechado de mis ganas de publicar y
me han engañado».
La verdad es que estas
editoriales te lo dicen claramente, no nos engañemos. Sabes que imprimen y
venden bajo demanda y sabes las condiciones: compras tus libros y los vendes.
Ellos, a lo más, hacen una presentación y te llevas los ejemplares no vendidos previo pago. Si tu libro tiene fallos es porque no has pagado correcciones o
dichas correcciones vete a saber quién y cómo las han hecho.
Creo que falta mucha
humildad por parte de ciertos autores. Si no amas y valoras tu obra te expones
al batacazo. Un escritor, por encima de todo, ama escribir, cuida y protege su
obra y las «de verme publicado» queda en segundo plano. Un escritor debería
conocer el mundo editorial.
No todos los escritores
autopublicados son «malos». Pongo dos ejemplos porque los conozco bien: Juan
Gómez-Jurado y Amelia Noguera.
Ellos conocían el mundo
editorial y perseveraron y ahí están. Pueden gustarte o no, pero el tema que
nos ocupa es otro. Gómez-Jurado ha sido un ejemplo de conocimiento de ventas
por Amazon y Noguera no ha firmado con ninguna editorial en la que el editor no
estuviera dispuesto a trabajar con ella y conocía la importancia de la buena
distribución.
¿Todo vale a la hora de
autopublicarte? ¡No! El lector merece respeto porque gasta su dinero y su
tiempo en leer.
Vi en un foro a un señor
ya entrado en años que publicitaba su libro traducido al inglés…con el
traductor de Google. Sin comentarios.
No nos engañemos: cuando
se firma un contrato con ellos, pese al marketing de que la edición de un libro
requiere al menos de quince profesionales y que no usan plantillas ni programas
automáticos, es falso.
Edición: corrector y maquetador
(que el corrector, profesional, de hecho sabe maquetar y este último proceso se
hace con Indesing, el programa más utilizado por profesionales), portadistas y/o
ilustradores para diseño de portada y cubierta y por último, imprenta (os quedaríais
asombrados de lo poco que cuesta imprimir un libro; de hecho es lo más barato).
Si necesitas un corrector
pincha aquí.
O déjame un comentario y te recomiendo una correctora
profesional de absoluta confianza.