-Imagen tomada de la red-
Oh, bosque silencioso, te atravieso
con el corazón tan lleno de miseria
por todas las voces que caen de los árboles,
y las hierbas que rasgan mis piernas.
Deja que me siente en tu sombra más oscura,
mientras los grises búhos vuelan sobre ti;
allí he de rogar tu bendición:
no convertirme en una ilusión,
no desvanecerme en un lento letargo.
Escrutando a través de las penumbras,
como alguien vacío de vida y esperanzas,
congelada como una escultura de piedra,
me siento en tu sombra, pero no sola.
¿Podrá Dios traer de vuelta aquel día,
en el que como dos figuras sombrías
nos agitamos bajo las hojas tibias
en este bosque silencioso?
16 comentarios:
La autora se dirige al bosque como a una divinidad a la que rogara su ayuda y su bendición. Y es que la Naturaleza es en sí una deidad capaz de ayudarnos a ser felices en este valle de lágrimas siempre que la amemos y la respetemos como lo que es, nuestra más importante aliada.
Me encantó el poema, Verónica.
Abrazo
El apacible remanso de los prerafaelitas. Besos
Siento que el poema , en su romanicismo puede declarar el amor de Elizabeth por su esposo, pintor también como lo fue ella, GABRIEL Rossetti. El poema tiene un cierre magnífico. Acaso se podrá volver en ese bosque al cual ha vuelto ella, a vivir el día que "nos agitamos" bajo su sombra. Un abrazo. Carlos
Me temo que Dios no podrá... ojalá pudiera devolver amores, ilusiones, felicidad... pero el tiempo no obedece ni a Dios.
El poema es exquisito.
Gracias por compartirlo.
Besos.
Oh, conmovido estoy, amiga, Elizabeth Siddal, una de mis inspiradoras ejemplares mujeres jamás reconocida en la misma proporción de su contribución al arte (gran poeta, musa, modelo en uno de mis cuadros preferidos: ella es la eterna Ofelia de Millais, la malograda artista que tuvo que vérselas con el oscurantismo machista de creadores tan geniales como egoístas) ...tan conmovido como agradecido estoy porque la publiques y amplifiques tan tamaños versos en una traducción impecable, además...
Muchas gracias, infinitas... se me tropiezan las palabras, no me alcanzan las palabras!! Abrazo admirado siempre hasta vos!!
¡El bosque de los poetas...!
Un abrazo.
Es un bello poema. Me gusto mucho. Te mando un beso.
Un poema conmovedor, gracias por compartirlo. Abrazos, Verónica
Precioso poema.Un abrazo!
Un hermosisimo poema como remanso de paz...me ha gustado mucho
Un abrazo
El espíritu de la naturaleza vuela entre los versos...La autora se cobija entre las ramas de un bosque, que un día fue habitat de amor, reclamando piedad...Y es posible que la paz y la serenidad vuelvan a su alma entristecida...
Gracias por traer a esta autora, que conozco poco, Verónica...
Mi abrazo entrañable y feliz fin de semana, amiga poeta.
Bueno, me parece que la autora busca en un espacio , en este caso si lo vemos literal en un bosque, el amor perdido?...aquello que sintiió o sintieron los amantes en medio de la arboledas...claro pero si se trata de buscar en el bosque de lo que puede ser una persona es complicado, porque las tantas plantas nunca dejan ver del todo a ese otro que se escabulle entre la espesura que hasta puede o pudo ser siniestra...
Quiere creer que puede volver a ese sitio donde presuntamente fue tan feliz...
En fin, solo ella sabe hasta donde puede llegar no?
Dios siempre está presente en nuestra vida...el que sabe creer con fe y esperanza sabe lo que realmente vale.
Lindo fin de semana.
Un abrazo.
Qué barbaridad de poema!
Magnífico!
Gracias Vero querida!
BESO GRANDE.
Gracias Vero, por compartires este maravilloso poema de Elizabeth Sidall. Su obra, no sólo literaria, sino polifacética en las dimensiones más exigentes, hacía ineludible la obra de esta talentosa mujer!
Un abrazo para ti.
Bonito poema, aunque un poco triste Verónica.
Besos.
precioso y reflexivo , gracias por compartir Verito , abrazoooo
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