-Imagen: Marcela Bolívar- |
Saberse
frágil.
Reconocer
mil pedazos,
que
son uno,
y
no sentir vergüenza
ante
la desnudez
de
la vulnerabilidad.
La
batalla diaria:
Poner(se)
límites.
Mostrar
los dientes
como
perro atacado.
Arremeter
contra la imprudencia,
los intereses,
la
ignorancia,
el
egoísmo,
la
desidia.
Y
después, en la soledad
que
te brinda tu refugio,
te
permites ser
la
fragilidad pura.
Te rompes,
lloras o gritas,
te meces
indefenso,
sueltas
en la creencia de ser víctima.
Y
después te recompones.
Sabes
que puedes acariciar a la rosa y sus espinas.
-Verónica
Calvo-
11 comentarios:
no te imaginas como llega tu poema de hoy...
muchos besos!!
Recomponerse y seguir adelante.
No queda otra.
Besos.
Me has llegado muy dentro. No se me ocurre otro modo más hermoso para definir el proceso de armadura que desarrollamos cada día, afortunados quienes pueden desprenderse de ella en compañía.
Un abrazo
Esta es la vida, nos rompemos a veces para volver a reconstruirnos, me encantó la manera de transmitirlo, Vero.
Un placer leerte, preciosa.
Un beso enorme.
la vida es así
los sueños son así
hasta las pesadillas y la muerte
porque la espiral es infinita
porque infinitos son los poemas
porque somos poemas
besitos y apapachos
..." acariciar a la rosa y sus espinas"
Así es, Vero; podemos... Buen poema
Dos besos
Esta es la libertad al refugio de la soledad, aplaudida y venerada por poetas...que también sabemos acariciar la rosa y sus espinas.
Abrazos
Parece que este poema tenía algo especial que nos ha llegado a más de uno-a en el momento preciso. Justo aquí y ahora es lo que necesitaba. También me se frágil y vulnerable(temporalmente) y tengo que evitar la vergüenza añadida a esa condición. Y aceptar las rosas y las espinas. Qué bueno tu poema, Verónica.
si, te siente frágil en tu propia fragilidad.
un gra poema.
Fuerza en la fragilidad.
Sí, así es.
Un beso.
Es así para mucha gente rota...
Retales recosidos una y mil veces, frente a la fuerza de nuestra propia fragilidad...
Yo me suelo pegar fuego al menos 3 veces al día por el puro placer de verme resucitar..., por si te sirve de consuelo, y puedo arrancarte una sonrisa...
Mil besos, y un cálido abrazo siempre a tu disposición, mi querida Verónica.
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