22 de septiembre de 2019

Regresar

-Imagen tomada de DeviantArt -

Regresar es siempre
volver al lugar que haces tuyo,
y sentirlo lejano,
                       ajeno,
                              extraño.
Miras las paredes,
los libros (estos son fieles),
y los recuerdos en alguna balda
de la estantería, ahora, anodina.
Lo tirarías todo
(menos los libros, ellos no mienten),
y harías de tus paredes un grafiti
con olas y gaviotas;
con helechos y musgo del verde bosque.

No haces nada,
porque sabes que volverá la pátina.
La rutina del vivir día a día,
la inercia del tiempo muerto,
entre pagar facturas y sobrevivir domingos.

Te acercas a la estantería
y elijes un libro
(los libros siempre te auxilian)
mientras esperas reconocer,
todo esto que es tan tuyo como ajeno.

-Verónica Calvo-

9 de septiembre de 2019

Raíz

-Imagen tomada de la red-
Regresar a la raíz;
a lugares familiares
y recordar, palabras,
de la infancia de mi madre.

Pasear bajo la lluvia,
siempre presente,
en el inmenso cielo norteño.

Dejar huellas,
en la húmeda arena,
de una playa desierta.
Ser gaviota mecida por el viento.
Volver a ser sal y tierra.

Volver al instinto primordial.
Al lugar mágico,
donde no hay galerna.

Regresar a la raíz,
de una alta sequoia,
que me representa.

Volver, es regresar
a esta raíz,
cubierta de sueño y espera.


-Verónica Calvo-

19 de agosto de 2019

Punto final

-Imagen Brooke Shaden-
Los poemas,
que te escribí,
saturada de palabras,
con los libros
que me regalaste,
están guardados.

Mis paisajes solitarios
y tu imposición,
de sol en vez de luna,
están (casi) olvidados.

Las cenizas, esparcidas.
 -Ahora, oda a la vida-.

Tus tiempos muertos.
      Mis tiempos vivos.

Atrás queda,
un borrón oscuro,
diluido en esta luz,
del nuevo camino.

-Verónica Calvo-

8 de agosto de 2019

Edgar Allan Poe: Solo

-Imagen tomada de la red-


Desde los días de mi infancia no he sido
como eran otros, no he visto
lo que otros vieron, no he podido extraer
mis pasiones de la primavera común,
no he recibido de la misma fuente
mi duelo, ni he podido despertar
el deleite, con armonía, en mi corazón;
y todo lo que amé lo amé solo.
Entonces, en mi infancia, en el alba
de una vida más turbulenta, surgió
tanto el abismo del bien como del mal
el misterio que todavía me tiene encadenado:
del torrente o de la fuente,
del rojo risco en el monte,
del sol que giraba y me rodeaba
con su otoñal tinte de oro,
el rayo que en el cielo,
al pasar cerca, estalló,
del trueno y de la tormenta;
y de la noche que tomó la forma
—cuando el resto del Cielo era azul—
de un demonio ante mis ojos.

-Edgar Allan Poe-