Hablemos
de
todo aquello
que
se llevó la deriva.
De
este destino,
en
el que no creemos,
y
que nos hace divagar
entre la rutina.
Que
si no es quimera
todo
lo que nos marcó,
tal
vez sea esfinge.
Si
el infinito lo conocimos
fue
por el enredo
que
tejimos entre canciones,
poemas,
noches y delirios.
Hablemos
de
dejar las culpas atrás,
que
ninguno en ellas, cree.
Si
no supimos
morder
los segundos
que
la vida nos regaló,
en
su paréntesis de felicidad,
tal
vez sea hora
de
expandir el límite
entre
tu niebla y mi bruma.
Hablemos
de
todo lo que no supimos entregar.
Y
ahora que la noche se cierne
sobre
nuestra mirada, es hora de hablar.
-Verónica
Calvo-
(2009)