-Imagen Paula Bonet-
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La añoranza
de húmedos besos;
de la caída del cielo
al infierno y viceversa.
Salir de la refrescante penumbra
al ardiente páramo, desnuda.
La añoranza
de llevar el deseo
entre los huesos;
la piel suspendida
de unos dedos.
La fragancia del aroma de tormenta
mientras me engalano con su aliento.
Ta vez la noche regada de espuma
me sorprenda, aun despierta, en su voluptuosidad.
-Verónica Calvo-