-Imagen
Duy Huynh-
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Me
harté de subir cimas
y
de bajar(las) rodando.
Me
saturé de las noches
sin
sus días y de esos días
que
oscurecieron, aún más, sus noches.
Me
apenó el dolor
de
cada separación; el dolor
de
la imagen de la desolación.
¿Sabes
de qué hablo?
Entiéndelo:
es ese dolor
que
te quiebra la respiración.
Me
hice viento
ante
tanto verso de amor
que
me roza la incredulidad.
Me
fugué del pensamiento
y
bajo el sagrado tejo,
descansé
de tanta vida.
Y
ahora…
La
gran incógnita ante el escepticismo.
-Verónica
Calvo-