16 de mayo de 2019

Madrid

-Imagen tomada de la red-
Aquí, Madrid,
más o menos
como siempre.
Otro día anodino,
impersonal y bullicioso.

Nada nuevo que contar.

En el metro,
la fila para adquirir el billete,
se me antoja kilométrica.
El andén suda,
entre cuerpos impacientes,
por el retraso del tren.

Yo, leo.
Paciente y mansa.
Como una oveja.
Yo, siempre, leo.

Afuera,
en esa superficie contaminada,
donde el anonimato está asegurado,
hay:

atasco de coches.
Atasco de ¿vivientes?
Atasco de sueño.
Atasco de insatisfacción.

Es el Madrid,
del maratón diario.
Ya os lo he dicho,
todo está,
más o menos,
como siempre.


-Verónica Calvo-

11 de mayo de 2019

El momento

-Imagen tomada de la red-
Llega el silencio,
el instante donde
todo lo grande,
se hace pequeño.
Es momento de callar,
morder la esquina del verso
y volar en la inmensidad del cielo.

Llega la hora crepuscular,
-donde la sombra se alarga-
y miras el lucero vespertino,
que señala otro puerto.

Llega la página en blanco,
un bolígrafo negro
y el ir hacia dentro.

Es hora de ir a otros encuentros.

-Verónica Calvo-

27 de abril de 2019

Mujer en día de lluvia

-Imagen Albert Soloviev-
El día va muriendo
en un paisaje difuminado.
Llueve, desde el centro del cielo,
y todo es belleza. Y todo es silencio.

Las calles, desiertas,
visten melancolía y se perfuman
con los aires de otro tiempo.

Una mujer, cobijada en su silueta,
espera algún prodigio.
Tal vez una carta que no fue escrita,
tal vez la visita de quien jamás vendrá.

Yo la veo en su ventana.
Tan triste, tan sola.
Ausente y rota.

Y mientras llueve,
siento en mi alegría,
la sombra que deja una mujer,
amparada en su pasado.


-Verónica Calvo-

21 de abril de 2019

Despedida

-Imagen Diana Dihaze-
Lo que fue.
Lo que no tuve.
Nada de aquello
quedó en el umbral
de los recuerdos.
Si acaso tu silueta,
perdida entre la sombra,
de lo que deshecho.
Nunca un espacio deshabitado
contuvo tanta noche.

Aquello que pudo haber sido.
Aquello que sé que jamás, fue.
Al borde de la arista
rompiente de sueños,
siembra de realidades.
Cimbrea la palabra herida,
muda y desconsolada.
Es un adiós lleno de vida.
Es un principio vacío de finales.

-Verónica Calvo-