-Imagen tomada de la red- |
Aquí, Madrid,
más o menos
como siempre.
Otro día anodino,
impersonal y bullicioso.
Nada nuevo que contar.
En el metro,
la fila para adquirir el billete,
se me antoja kilométrica.
El andén suda,
entre cuerpos impacientes,
por el retraso del tren.
Yo, leo.
Paciente y mansa.
Como una oveja.
Yo, siempre, leo.
Afuera,
en esa superficie contaminada,
donde el anonimato está asegurado,
hay:
atasco de coches.
Atasco de ¿vivientes?
Atasco de sueño.
Atasco de insatisfacción.
Es el Madrid,
del maratón diario.
Ya os lo he dicho,
todo está,
más o menos,
como siempre.
-Verónica Calvo-