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tomada de la red-
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Recibí un email
muy afectuoso.
Me preguntaba si
estoy mejor
y si la vida me
sonríe de nuevo.
Después de las
formalidades,
pasó a presentarse.
Dijo que lee mis
poemas
desde hace años;
aseguró tener mis
poemarios
en la mesilla de
noche y
acabó pidiéndome que,
por favor,
deje la poesía
sombría
y vuelva a mis
orígenes,
aquellos donde
versaba
al amor continuo con
sus florituras.
Me pregunto
con quién me habrá
confundido.
-Verónica Calvo-