Pierdo la sombra de los días,
la infinita fluidez que desborda
y ancla la memoria en esta orilla.
Lleva entre las sílabas
un velo violeta que es estela y agoniza
en el éter donde sueña a ser poesía.
Árida tierra me habita,
desazón por la palabra perdida
y réquiem por el sendero que me lleva a mi misma.