Siente el vacío,
la ausencia
de su propia vida.
Mira sus manos,
-nada que dar.
Escucha el silencio,
se estremece,
es hoja en el vendaval.
-Hablar,
decir…
tantos oídos sordos.
Cae la tarde.
Se quiebra
como un vidrio.
-Dormir…
tal vez soñar.
-Verónica Calvo-
-Imagen tomada de la red-