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-Imagen
tomada de la red-
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Suceder en la aurora
y
acontecer en el ocaso.
Ser
agua viva
incluso
en el estanque.
Volver
a pasear las calles
y
cobijarme en mi silencio.
Suceder,
ser y volver
a
las altas cimas donde habité antaño.
Tomar
distancia,
hasta
del poema y sus consecuencias.
Recapitular
y poner, tras el epílogo, el punto final.
17 comentarios:
Si, recapitular y poner punto final.
Un gran poema Reflexivo.
Patricia
Es como hacer un repaso.
Un abrazo.
NO SÉ, TE SIENTO DESANIMADA, CANSADA, TRISTE...!
ABRAZOS
Y volver a empezar... aunque no quiero engañarte... todo deja huella.
Bueno, ya sabes...
Besos.
para empezar de nuevo
Así, justo así.
Y volver a empezar.
Un beso grande, querida Verónica.
La vida nos pone a prueba, Vero.
¿Y por qué cobijarse en el Silencio?
El contacto con los otros es esencial para sentirnos vivos.
Verónica cada día es un nacer y un morir...Un grito al alba y un silencio al ocaso...Vamos aprendiendo a escalar en busca de la ermita y allí respirar, olvidar y tomar nuevas fuerzas...amiga.
Mi felicitación por tu profundidad.
Mi abrazo y feliz finde.
Me gusta la sensación de libertad que dan las recapitulaciones. Es como soltar un lastre que nos pesa y por fin empezar lo que sea pero empezar. Un poema esperanzador. Un abrazo
cuando todo círculo termina comienza otro, a veces toca repetir protagonismo
hermoso poema Verónica
besitos de sol
Me resulta un poema muy bien logrado, amiga. Estupendo!
Te felicito.
Abrazos
Según las experiencias vividas, no me gustaría volver para comenzar de nuevo.
Un bello poema que invita a la reflexión Verónica.
Besos y feliz fin de semana.
Recapitular...sin duda es la mejor manera de hacer un balance,no solo vivencial,sino emocional.
Precioso poema!
Hay que recapitular, pero también avanzar con la mirada firme a pesar de los pesares. Siempre grande tu poesía, Vero.- Un abrazo
Sin embargo, el poema está ahí, irremediable...
Buen domingo.
Que esa parada sea para una reflexión positiva, y sigamos caminando con pasos acertados. Buen poema, Verónica. Un abrazo, amiga.
El punto y final es demasiado inflexible.
¿Qué tal unos suspensivos?
;)
El poema caló hondo,
de pieles finas.
Besos, querida Verónica.
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