Espérame,
amada.
Pronto
caeré
a la
Tierra del Destino.
Ya
siento
mi
muerte cercana;
inevitable
cumplimiento
de la
vida en su tiempo.
Amada,
mi amada,
desde
mi deriva
te contemplo:
seca.
Muerta.
Y
aun, tan bella.
Fuimos
eternos,
sabiéndonos
efímeros,
desde
nuestro brote
de
primavera.
Y
ahora…
Ahora
hemos
Caigo.
Junto
a ti reposo
en
este nuestro
único
estío.
-Verónica
Calvo-
-Imagen: Serrano-