Ayer te vi.
Ibas paseando tus tristezas
y llevabas un traje de nostalgia.
Tu mirada era un velo gris
de encaje de escarcha,
que se tejía en tu alma.
Desprendías fragancias del ayer
y adornabas tus pesares con donaire.
Ayer te vi, mujer,
pasear por la playa derrumbada.
Te acompañaba una negra sombra,
defunción de tu esperanza,
y tú seguías, eterna,
al sepia de tu pena entregada.
-Verónica Calvo-
-Verónica Calvo-