31 de octubre de 2024

Presencias

                                               -Pintura de Gerrit Dou-


Cielo vespertino de fin de octubre
nos trae en los sueños a las ausencias;
sus añorados rostros son presencias
que la mágica fecha nos descubre.
 
Las almas acudirán en la noche
al llamado del corazón que añora.
Silentes como brisa esperan la hora,
del reencuentro ansiado a medianoche.
 
Hay aroma de dalias en el aire.
Luz de plata la luna nos regala,
y engalana el corazón con donaire.
 
Vela la vela el mundo de difuntos,
que trae consuelo al que en ellos piensa:
nos da oportunidad para estar juntos.


Verónica Calvo
ISNI: 0000 0005 0390 9911


22 de octubre de 2024

El eco de un sueño

  -Imagen: Bogna Kuczwerawy-

 

Anoche soñé contigo.
He pasado el día
entre feliz,
nostálgica y ansiosa.
 
(Como si te estuviera esperando.
Como si estabas a punto de llegar).

Ya cae el sol.
                 Te espero... 

 
Verónica Calvo
ISNI: 0000 0005 0390 9911


6 de octubre de 2024

Recordar(te)


                                                                     -Imagen tomada de la red-


Subir al cielo
aunque amenace lluvia.
El corazón se alza
y vuela y baila.
 
El recuerdo.
Vívido. Tangible.
 
Tu risa despejaba brumas.
El aroma de tu cuerpo,
mi hogar.
La visión del mundo
a través de tu mirada
era vapor de paz.
El eco de la vida
palpitaba
en las arterias.
 
Aquel tiempo
de días plácidos
donde la noche
era un acontecimiento.
 
Pensarte.
 
Atesorarte.
 
Solo con tu recuerdo
me devuelves
la libertad perdida.
Y regreso a la orilla,
donde bailo y río y canto.
Me lleno
de espuma de sueños,
y tejo,
con las sombras
que me llenan,
un cielo protector
donde atraparnos.
 
Recordar(te), hoy.
Sin regresar
(por un momento)
             con añoranza.
 
 
Verónica Calvo
ISNI: 0000 0005 0390 9911

 

24 de septiembre de 2024

Elizabeth Siddal: Un bosque silencioso


         -Imagen tomada de la red-



Oh, bosque silencioso, te atravieso
con el corazón tan lleno de miseria
por todas las voces que caen de los árboles,
y las hierbas que rasgan mis piernas.

Deja que me siente en tu sombra más oscura,
mientras los grises búhos vuelan sobre ti;
allí he de rogar tu bendición:
no convertirme en una ilusión,
no desvanecerme en un lento letargo.

Escrutando a través de las penumbras,
como alguien vacío de vida y esperanzas,
congelada como una escultura de piedra,
me siento en tu sombra, pero no sola.

¿Podrá Dios traer de vuelta aquel día,
en el que como dos figuras sombrías
nos agitamos bajo las hojas tibias
en este bosque silencioso? 


Elizabeth Siddal